Verde y Azul

¿Adiós a los contenedores?

Cataluña, Euskadi y Comunitat Valenciana apuestan ya por modelos alternativos en la recogida de basura, como el puerta a puerta o sistemas identificativos en las bolsas. El objetivo es reducir los desechos y se avecina el pago por generación

El futuro en la recogida de basura. Las directrices de la Unión Europea en reciclaje y economía circular obligan a plantear nuevos sistemas de recogida de residuos, en los que el ciudadano, además de cumplir con la separación de fracciones, estará abocado al pago por generación. Quien más basura produzca, pagará más. Algo que llegará con el sistema puerta a puerta y con los contenedores inteligentes o por tarjeta.
Los lunes se recogen restos de envases y plásticos. Los martes, cartón y papel. Los miércoles, desechos orgánicos. Cada día de la semana un tipo de fracción y siguiendo un calendario previamente establecido, con una franja horaria limitada. Así funciona el denominado sistema de recogida de «puerta a puerta» (PaP), que consiste en entregar los residuos al servicio municipal dejándolos junto a la entrada de viviendas y comercios en bolsas, pequeños contenedores, cajas o fardos. Excluyendo, eso sí, el vidrio, único elemento reutilizable que se suele mantener en el contenedor verde. Euskadi, Cataluña o la Comunitat Valenciana, entre otros puntos de la geografía española, han empezado a optar por este modelo, cuyas virtudes destaca hasta el propio Ministerio de Transición Ecológica. «Se consigue una gran calidad y cantidad del material, evitando problemas de desbordamiento o necesidad de gran capacidad de recepción de los contenedores de vía pública domiciliarios», se apunta desde el departamento que dirige en funciones Teresa Ribera.

El lento camino hacia el «residuo cero»

Fuente: Ministerio Transición Ecológica y Conselleria Emergencia Climática INFOGRAFIA | LEVANTE-EMV

Los resultados de recogida separada logrados en los municipios con PaP son en general superiores al resto de mecanismos, tanto en cantidad como en calidad de la separación (en general se sitúan entre el 60 y el 80% de recogida separada). Aunque la aplicación es muy recomendable en zonas de baja densidad de población donde la identificación de los residuos es más fácil, también se puede desarrollar en núcleos de población más densos, a través de la recogida de contenedores comunitarios en las viviendas plurifamiliares. En Orba, municipio valenciano de la Marina Alta de poco más de dos mil habitantes, hace algunos años que se apostó por el puerta a puerta. Los datos confirman un aumento de la tasa de reciclaje hasta el 85% y un incremento del bienestar de los vecinos, además de cuidar del medio ambiente.

Los resultados de recogida separada en los municipios con PaP son superiores al resto de mecanismos

El pago por generación

Este modelo, además, permite identificar al que genera los desechos e ir a la implantación de sistemas de fiscalización más justos, como el pago por generación. Quien más basura produce, más pagará, lo que se traducirá en la factura de la basura. Este tipo de sistemas alternativos para la recogida de residuos municipales persiguen no solo un reciclaje más eficiente, también la reducción de la basura. Algo que pasa por llenar la cesta de la compra con criterios de sostenibilidad ambiental, con menos envoltorios de plástico, más productos de proximidad y a granel. «Quien tiene el poder de decisión final es el cliente, y si decide comprar de forma sostenible, las empresas empezarán a pensar cómo pueden ofrecer el producto de forma sostenible», sostiene Martí Morató, graduado de la Universitat Oberta de Catalunya e impulsor de la app Go Zero Waste, aplicación que ayuda a hacer la compra pensando en el planeta. «La gestión de residuos es insuficiente y la mayoría no terminan reciclándose. Una bolsa de plástico se utiliza diez minutos, pero tiene una vida de centenares de años. Estamos llenando la Tierra de vertederos de basuras que nadie recicla», incide Morató.

El fin de los macrovertederos

Los distintos planes autonómicos que van aprobándose en España – en la Comunitat Valenciana salió adelante hace unos meses-, introducen herramientas que ayudan a cumplir con los objetivos de la Unión Europea en materia de economía circular. Todo ello encaminado al residuo cero y al fin de los macrovertederos.

Barcelona ya ha implantado el puerta a puerta en barrios como Sarrià. | AJUNTAMENT BARCELONA

La transición hacia un nuevo modelo de gestión de residuos ahonda en prevenir la generación, en aumentar la reducción en origen, en la preparación para la reutilización y en el reciclado de calidad. Estos parámetros obligan a la elaboración y aplicación de planes locales de gestión de residuos domésticos, con objetivos, plazos y dotación de recursos, así como la necesidad de los municipios de analizar qué sistema de recogida de residuos aplica, sin descartar la recogida selectiva PaP. Hasta seis estados de la UE alcanzan tasas de reciclado del 85% en determinadas regiones. En el extremo opuesto, muchos otros países siguen depositando en vertederos más del 90% de los desechos con menos del 5% en reciclaje.

Contenedores inteligentes

Otra de las alternativas que se contempla para acabar con los contenedores repletos de fracciones de todo tipo y que impiden la reutilización posterior es el de los contenedores inteligentes con tarjetas o chips identificativos. Cada usuario pega una etiqueta con un código de barras que le identifica y que pemite controlar si la separación se ha hecho de forma correcta o no, almacenando datos individualizados.

Proyecto piloto de contenedores con tarjeta en València. | MAO

En València, en el barrio de Sant Marcel.lí, se ha puesto en marcha ahora un proyecto piloto con 25 contenedores inteligenes que permiten saber qué y cómo reciclan sus vecinos y vecinas los envases ligeros. Una experiencia que forma parte de la iniciativa ReciPlàstic, englobada en el proyecto europeo PlastiCircle, y se realiza junto a otras ciudades europeas como Utrecht (Países Bajos) y Alba Iulia (Rumanía). «Gracias a estos contenedores inteligentes se pretende fomentar el reciclaje y la economía circular a través de un sistema de puntos asignados a las personas usuarias que hagan uso de ellos, y que posteriormente podrán ser canjeados por premios», señala César Aliaga, coordinador del proyecto europeo PlastiCircle y responsable de sostenibilidad del grupo tecnológico de Itene (Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística).

Minerva Mínguez

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