Los festeros más pequeños disfrutan como los que más de las Hogueras, pero en algunos actos que se alargan en el tiempo y tras días recorriendo calles y monumentos «caen» agotados. En los actos fogueriles es difícil encontrar una silla libre a mano y cuando el calor y el cansancio hacen mella bueno es el suelo para descansar un rato o eso pensó este festero durante la entrega de premios a los monumentos.