La palmera, monumental, fue la señal para iniciar la Cremà de las Hogueras de 2018, que ya son historia.

A medianoche, y tras los tradicionales truenos de aviso, se abrió más de 300 metros en el cielo de Alicante durante 18 segundos de lágrimas visibles desde buena parte de la ciudad, anoche más blancas que nunca.

Una novedad que quiso introducir la pirotecnia Hermanos Ferrández, que la dispara desde hace 30 años, para cerrar las fiestas del 90 aniversario.

Tras los fuegos artificiales comenzó a arder la ciudad por los cuatro costados con la quema de los monumentos, alcanzándose temperaturas asfixiantes que se soportaron mejor con una larga banyà.