Letizia es la reina de picas y con un palo selfi derriba a su suegra Sofía, la reina de corazones, que se cae, literalmente, de la partida por hacerse una foto con sus nietas. Las princesas aparecen como las reinas de trébol y de rombos en una baraja de cartas que completa el rey de picas, Felipe VI, quien, estupefacto, asiste a la escena entre las dos regias soberanas, a las que ruega juntando las palmas de las manos que dejen de pelearse. Así caricaturiza el rifirrafe que tuvieron las dos reinas de España el artista Vicente Martínez Aparisi en la Hoguera Especial «Reines» que está plantando en el distrito de Diputació-Renfe. No es la única referencia a aquel episodio pues las dos salen encadenadas, con esposas de plástico, en la Hoguera Especial de Sèneca «Amor-Dolor»: están condenadas a entenderse.

No solo la Corona y sus líos son objeto de la crítica más ácida de los artistas que están construyendo las Hogueras de 2018. Pues no dejan títere con cabeza y arremeten contra todos los estamentos políticos, haciendo sangre del panorama local, nacional e internacional; el conflicto de Cataluña; las pensiones; la violencia de género y la homofobia. Son, como deben ser: políticamente incorrectas. Y este año, además, mucho.

Ni 100 días de gracia ha dado el artista Pere Baenas al nuevo presidente del Gobierno Pedro Sánchez, que en la hoguera «Trampantojos» de Foguerer-Carolinas será un «frankenstein» de la política, hecho de trozos de los partidos que le han aupado hasta la Moncloa apoyando su moción de censura contra Rajoy. El brazo derecho de «Sanchestein», como ha bautizado al ninot, es morado, como Podemos; el izquierdo lleva el amarillo de Esquerra Republicana de Cataluña; la pierna izquierda es del naranja de Compromís; y en la derecha lleva el anagrama del PNV sobre el verde y el rojo del partido vasco, fundiéndose este último tono con el color del PSOE en el calzón del presidente. En la espalda la estelada catalana.

«Una pierna es más grande que la otra, está desproporcionado. Porque está hecho de trozos como Frankenstein», explica el artista. Lo mismo que los brazos, donde se ven las costuras, y los pies, donde estampará el anagrama de Bildu. Baenas también se ha acordado de Felipe y Letizia aunque, en su caso, de la escena en la que ella le mandó callar en la pedida. Está plantada ya en la calle Foguerer al lado de una crítica sobre las pensiones: «Edad de jubilación: 81», se puede leer a pie de foguera.

Este asunto que ha movilizado a miles de pensionistas en España no ha pasado desapercibido para los artistas. En la hoguera «90 aniversario» plantada en el distrito de la plaza de Gabriel Miró por el artista Manuel Algarra aparecen como figuras principales un foguerer anciano que lleva un andador y una dama con un bastón. Él lleva en la espalda el mensaje «Pensiones justas ya» y ella «Abuelos al poder» prendido en la banda y un tajante «No al 25%», en referencia a la revalorización mínima que se aplica a las pensiones. «El Gobierno aprueba retrasar la edad de jubilación» es uno de los mensajes críticos que ya se pueden leer en este monumento diseñado por el humorista gráfico Enrique Pérez, colaborador de INFORMACIÓN.

La crítica regia no es la única que ofrecen Sèneca y Diputació. Los artistas José Gallego y Manuel Algarra, que buscan su cuarto premio consecutivo en el distrito de Autobuses, la lían parda vistiendo al alcalde, Luis Barcala, de faraón; a Rajoy -tatuaje de Gürtel en el brazo- y a Rivera de legionarios con una zanahoria en la mano buscando a la cabra que les ha sido arrebatada por Sánchez; y a la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes «a lomos» de un estudiante a cuenta del polémico máster que ha dado al traste con su carrera política.

Para representar el «procés» catalán se olvidan de Junqueras, Puigdemont o Torra, y eligen unos siameses de torero y segador con una pareja de cirujanos que tienen diagnósticos diferentes, tirando cada uno hacia su ideología. «Me encanta la crítica porque le da a todo un doble sentido en nuestra hoguera Amor-Dolor. Esto se refleja en las discusiones familiares de las reinas Sofía y Letizia», interpretaba ayer a pie de foguera la belleza de Sèneca, Fuensanta Medina, que se confesaba enamorada de las figuras centrales del monumento, una escena de Romeo y Julieta, «que me llevaría a casa, aunque no quepa». «El alcalde ya ha visto su ninot del nuevo faraón y le encantó. Dijo: me han clavado», desveló el presidente de la comisión, Josep Amand Tomás. La violencia de género es otra de las temáticas de esta foguera: el maltratador aparece como un hombre musculado y sobre su cabeza una nuez. De ese tamaño es su cerebro.

Si algo le faltaba a Rajoy es convertirse en un personaje de «Priscilla, reina del desierto». Ocurre en una escena contra la homofobia de la que también es protagonista Puigdemont, como si fuera el personaje de portada de la película «Tacones lejanos» pisando una estelada. Está en «Reines», de Diputació, donde Soraya Sáenz de Santamaría aparece subida a unos zancos, y Pedro Sánchez tocando el piano. Aquí Barcala es la azafata, con vestido de brillos, de «La ruleta de la fortuna». «Se le nota el paquetillo», bromea el artista. La pregunta es: «¿quién es el alcalde?, y apuestan Montesinos, Pavón y Bellido con el presentador cogiendo una pistola como si jugara a la ruleta rusa. Trump y King Jong estarán en el circo de esta hoguera, haciendo malabares con bombas.

«La mujer de los mil brazos» está en Carolinas Altas, en la hoguera Génesis que construye Pere Baenas como una crítica contra el maltrato y feminista, en la que ellas son las trabajadoras y está el mundo al revés: en la cama le duele la cabeza al hombre, y él es quien le lleva la cerveza a ella, recostada en el sofá. Ni la Fiesta se libra de la crítica mordaz pues el presidente de las Hogueras es la reina de dragones en Polígono de San Blas a lomos de uno de estos míticos seres mientras luce el cabello rubio de Daenerys Targaryen sobrevolando el «Juego de tronos» de las fiestas del fuego.