Ciudadanos es un partido sin candidatos locales ni autonómicos. Para cualquier cita con las urnas, hasta ahora, recurren a la «foto» de Albert Rivera eternamente joven como Dorian Gray y, desde las últimas elecciones catalanas de diciembre, a la de la triunfante Inés Arrimadas. Con eso, al menos hasta ahora, es suficiente. Ante esa falta de referentes en un proceso que la formación quiere retrasar a principios de 2019, Ciudadanos sí cuenta en estas Hogueras con su portavoz en las Cortes, Mari Carmen Sánchez, muy alicantina, muy festera y liberada durante esta semana de toda actividad en el Palau dels Borja. Ayer, entre otros, iba acompañada de los concejales María José Molina y Antonio Manresa. La pasean de arriba a abajo y de abajo a arriba mientras a los cargos y militantes de Ciudadanos se envuelven en la euforia: «Ganaremos las próximas elecciones», proclaman muchos de ellos convencidos cuando se les pregunta bajo el calor de los corrillos de estas hogueras sin saber muy bien a los comicios a los que se refieren. «Queremos que se vote», insisten otros siguiendo al pie de la letra y de carrerilla el argumentario oficial «naranja».

Puro tacticismo ese interés de los seguidores de Albert Rivera en acudir a las urnas a sabiendas de que, después de la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa y de la caída de Mariano Rajoy que duerme estos días en Alicante en plenas fiestas para volver a su trabajo en Santa Pola, ni socialistas ni populares aceptarán unas elecciones generales de forma inmediata. No les interesa. Y así y todo, aunque nadie sabe lo que ocurrirá dentro de casi un año -un mundo en política- cuando acudamos a las urnas para las municipales y autonómicas, en Ciudadanos se votan encima. Algo llamativo en un partido que, por contra, se las arregla para moldear a su antojo sus propias normas y acabar eligiendo los candidatos de sus listas «a dedo». Como el PP. Coherencia de las nuevas siglas.

El que sí quiere ser candidato local en Alicante -por vía digital si es posible- es uno de sus viejos conocidos: Fernando Sepulcre. A todo el que le quiere escuchar durante estos días de festejos, el exciudadano y fan de José Manuel Garcia Margallo le ratifica que hará una lista de «primera categoría» -no dice ni una sola persona de las que le apoyan- bajo el paraguas de ese partido semiclandestino lleno de tránsfugas que lograron su cargo gracias a ese póster con la cara de Albert Rivera y que ahora dicen que se llaman Contigo. Y justo antes de la plantà, siempre a tiempo, reapareció en escena Ángel Franco para seguir demostrando, después de más de dos décadas, que sigue teniendo el mando del socialismo alicantino acompañado de su guardia pretoriana: el concejal Carlos Giménez, el asesor Pedro Rodenas y el presidente del PSPV en Alicante, José Antonio López Berruti. Y, tras la mascletà, por separado de la portavoz Eva Montesinos y el concejal Fernando Marcos. Ataviado con un polo «naranja ciudadano» que recuerda las preferencias de pactos del exsenador con los de Rivera, Franco volvió a evidenciar, una vez más, que ese reino del socialismo alicantino continúa alejado por completo de este mundo.