En hoteles, apartamentos, campings... y también en sofás. Las redes sociales de intercambio de alojamiento gratuito a través de Internet, como «couchsurfing» (surfear de sofá en sofá, en su traducción del inglés), bullen estos días con personas de medio mundo que buscan anfitriones que les acojan en Alicante, para así conocer y disfrutar de las fiestas. En esta conocida red social hay incluso lista de espera de personas que no han conseguido un sofá en el que dormir.

De cara al fin de semana es cuando más interés hay por visitar Alicante. José Ramón Samper recibía anoche a una turista procedente de Madrid junto a su nieta para vivir la noche de la cremà y de paso disfrutar del fin de semana en la ciudad.

Él es uno de los casi 5.000 alicantinos que en la provincia se ofrecen a acoger a huéspedes de manera totalmente gratuita. «Me di de alta hace cinco años, pero hasta el año pasado tuve el perfil un poco muerto. Entonces volví a darlo de alta y en este año he recibido a cerca de 40 personas». Medio mundo ha pasado por su sofá, por una habitación que le sobra en casa e incluso por una cama hinchable porque ha llegado a tener varios huéspedes alojados al mismo tiempo. «Ha venido gente de Vietnam, Brasil, Japón, gente soltera, familias con niños, parejas, estudiantes, erasmus...».

Alejados del turismo de masas

Una experiencia, ante todo, enriquecedora. «Viajo mucho y me gusta hacerlo no como un turista. Me gusta conocer a la gente, su forma de vida». A Samper, que curiosamente aún no ha viajado practicando el «couchsurfing», le gusta destacar que todos los huéspedes que han pasado por su casa vienen con esa misma mentalidad abierta. «Les gusta conocer la ciudad, compartir, adaptarse...».

Todos los intercambios son gratuitos. «Como mucho te traen un regalito o te pagan la comida que consumen». A cambio, además del alojamiento, «preparamos platos típicos de cada país y organizamos excursiones». Luego el contacto se mantiene, «queda cierta amistad y la posibilidad de saber que dispones de un sofá o una cama en muchos países del mundo».

Alojado en la casa de Samper ha estado Matías Destrebecq, un joven belga de 18 años que va a estar tres meses en la ciudad de Alicante trabajando con una asociación. Es la primera vez que viaja como «couchsurfer». Permaneció quince días en casa de Samper y para él la experiencia ha sido muy positiva. «Es un intercambio entre dos culturas distintas. Aprendes muchas cosas y vives experiencias que no están al alcance de los turistas». Tras la estancia en vivienda de su anfitrión, Destrebecq ha buscado una casa para alquilar «porque me voy a quedar más tiempo del previsto». Después, no duda que seguirá «surfeando» de sofá en sofá por otros países. Estos días disfruta de las Hogueras, con las mascletàs y el ambiente nocturno como sus actividades favoritas. «La pólvora no me da nada de miedo, al contrario, me gusta mucho la sensación que provoca».