De una mascletà, la del pasado sábado, que apenas se despegó del suelo a un disparo, el de ayer, que «obligó» a los miles de alicantinos y turistas que llenaron el entorno de Luceros a dirigir la mirada durante minutos, muchos minutos, al cielo de una ciudad que ya huele a Hogueras. Demasiado fuego aéreo se vio en la segunda sesión de un concurso oficial de mascletàs que está mejorando los espectáculos que se ofrecieron en los dos primeros fines de semana de este junio.

La empresa Turís, ya desde el primer minuto, centró su disparo en el despejado cielo alicantino, con sucesivas series de fuego aéreo, a veces edulcoradas con silbidos y otras con juegos visuales. Avanzada la mascletà, empezaron a sonar detonaciones terrestres, combinando un doble foco del sonido: arriba y abajo. Luego llegó el potente final, con fase terrestre y bombardeo, de nuevo, aéreo. Y humo, mucho humo.

El pirotécnico, al término del disparo, destacó lo que todos habían visto y oído: «Queríamos destacar el disparo aéreo, y así ha sido», explicó ayer Vicente Cervera, satisfecho por haber visto algún «10» entre los balcones. «El año pasado sólo vi hasta el '8'... Así que vamos a mejor», bromeó el valenciano sobre los carteles, cada vez más frecuentes, que los alicantinos muestran desde los pisos que dan a la emblemática Luceros.

Hoy, tercera jornada «oficial» en Luceros, es el turno para la pirotecnia Ferrández, de Redován.