Más de siete minutos de pólvora, íntegramente disparada desde Luceros, ofreció ayer la pirotecnia Coeters Dragón en su segunda aparición en el concurso oficial de mascletàs de Hogueras. Los villenenses, después del debut agridulce que experimentaron el pasado año, quisieron ayer darlo todo. Y así fue: salieron satisfechos y con una gran ovación.

En su estreno en Alicante, la pirotecnia repartió su carga de pólvora entre la avenida General Marvá y Luceros. Un «error» que ayer corrigieron, centrando todo el material en la plaza, para ampliar así la intensidad del sonido. Cumpliendo los siete minutos de mascletà, empezó lo mejor del espectáculo. Y es que el disparo fue de menos a más, como mandan los cánones. El terremoto final empezó abajo, con unos diez segundos de cierta intensidad, pero que dejaron a los presentes con ganas de más. Y hubo mucho más. Luego la mirada se fue hasta el cielo, con una fase de fuego aéreo larga, de más de veinte segundos, con la que parecía que se acababa el disparo de los alicantinos. Sin embargo, la pirotecnia Coeters Dragón tenía preparada una última sorpresa: otros diez segundos, los últimos, que hicieron retumbar -ahora sí- la plaza de Luceros con un terremoto en dos fases simultáneas. Al final, ovación de las miles de personas que ayer volvieron a llenar un entorno de Luceros donde ya se empezaron a ver las piezas de las hogueras.

El gerente de la pirotecnia, José María Enriquez, no ocultó su satisfacción al acabar la mascletà. «¿Cómo ha ido? Muy bien, o eso creo», respondía con una sonrisa instantes después de saludar a las Belleas del Foc y al resto de autoridades. «El año pasado nos dio mucha rabia. Montamos en Marvá, por orden de la seguridad, y apenas se escuchaba», aseguró el empresario, quien se acordó de los vecinos del norte: «Hemos demostrado que las pirotecnias alicantinas pueden ser tan buenas como las de Valencia».