No parecía tarea sencilla. Y no lo fue. La pirotecnia Mediterráneo debutó ayer en Hogueras con un doble reto: gustar a los alicantinos en su presentación en Luceros y hacer olvidar la mascletà del día anterior, en la que el alicantino Pedro Luis Sirvent -por tratarse de una ocasión especial a favor de las personas sordas- dispuso de hasta 250 kilos de material pirotécnico. Los valencianos, con trayectoria en otras empresas del sector, apostaron por un disparo clásico, sin apenas alardes, que sirviera para cumplir en su debut en las Hogueras de Alicante. Y así no lograron ni gustar ni hacer olvidar.

Sí consiguieron cumplir con el trámite, pero no emocionaron a un público que aún tenía en su retina el ruido, el mucho ruido que se registró en la mascletà del pasado sábado, que fue de inicio a fin un continuo terremoto final. El espectáculo pirotécnico de ayer fue todo lo contrario, mucho «silbido» y cambios de ritmo, que al final se hicieron más que repetitivos. Ni el colofón -con parte terrestre y aérea- tuvo la fuerza suficiente, el gancho necesario, para seducir a los miles de alicantinos que no ocultan las ganas de que las Hogueras sean ya una realidad. Ayer, por segundo día consecutivo, llenaron de aroma fogueril el entorno de la plaza de Luceros. Al final, aplaudieron, pero sonó a un gesto de compromiso con el nuevo. Mediterráneo, como todos los que participan en estas novedosas mascletàs de principios de junio, tendrán otra oportunidad en los días grandes de Hogueras. Para los valencianos, un segundo debut.