Artiles vuelve al grupo

La apuesta por el tratamiento conservador ha dado el resultado esperado. Diez semanas después de su lesión, José Artiles ha vuelto a calzarse la botas para recuperar el tacto con el balón y, de paso, la sensación agradable de saberse futbolista junto a sus compañeros, pisando hierba, combinándola por fin con el tacto medicinal de la maquinaria empleada en la consolidación de la «fractura del tercio proximal del peroné» que se trajo de Torrent.  

El centrocampista canario inició ayer sobre el césped del José Rico Pérez el tramo definitivo de su rehabilitación consciente de que va a ser muy complicado, con todo lo que hay en juego, que pueda volver a participar en un partido esta temporada si el Hércules gana la liga y consigue lo que toda la ciudad anhela: el ascenso directo.

El jugador palmense, que el 10 de junio cumple 31 años, ha completado su restablecimiento tutelado por los especialistas de Klinik PM tras someterse a sesiones de ejercicios en gravedad rebajada, clave para favorecer ejercicios más intensos que le han permitido recuperar a mayor velocidad la masa muscular perdida por el tiempo de inactividad y las dificultades para ingerir alimentos sólidos que le provocó la fractura maxilar que sufrió segundos antes de lesionarse la pierna en la rígida moqueta del campo de San Gregorio por un mal apoyo.

Además de servirse del campo magnético de 2,2 teslas de potencia que es capaz de generar la máquina Alter G, Artiles se ha sometido a sesiones de rehabilitación ósea y muscular en una bomba diamagnética (fundamental para que las células reaccionen activando los mecanismos de drenaje y la regeneración de tejidos) y una cámara hiperbárica (que se emplea para llevar el oxígeno a los tejidos y acelerar su regeneración), siempre en la clínica que dirige el doctor Pablo Martínez, responsable del tratamiento de las lesiones del primer equipo en Alicante.

Artiles trabajará solo tres semanas más antes de poder entrenar con el Hércules

El centrocampista canario, que camina sin muletas desde hace semanas, llegó caminando con naturalidad al monasterio de la Santa Faz para participar junto a sus compañeros en la ofrenda floral a la reliquia. Ayer completó en el gimnasio la primera parte del entrenamiento, la que está abierta a la prensa, y saltó al césped después para trabajar con pelota junto a uno de los recuperadores que ayudan a Rubén Torrecilla. Golpeó con la derecha, apoyando bien, demostrando que todo ha ido perfecto, sin contratiempos, respetando plazos realistas, unos que le harán muy difícil competir antes del final de la temporada regular.

La idea de los médicos es que el entrenador pueda disponer del jugador cerca de su mejor forma si al final hay que buscar el salto de categoría a través del «play-off». En ese caso, perfectamente factible porque el Hércules no depende de sí mismo para ser campeón, Artiles aún podrá demostrar que tiene sitio en el futuro de la entidad dado que su contrato finaliza legalmente el 30 de junio.

De momento, no se le ha ofrecido la continuidad, pero si su evolución es tan buena como hasta ahora, lo más lógico es que prorrogue su estancia en el equipo la próxima campaña. Cinco de las ocho derrotas que acumula el Hércules (incluida la de Copa) le tuvieron a él dentro del campo. Y a pesar de haber participado en 19 jornadas de Liga, 14 de ellas como titular, solo completó seis encuentros desde el primer minuto. Es un jugador importante, pero el bajón experimentado por el grupo de Torrecilla en la segunda vuelta no se explica solo con esta lesión.

Parrillada en el estadio para celebrar un cumpleaños

La plantilla del Hércules disfrutó ayer de una parrillada sobre el césped al final del entrenamiento, el primero de la semana que desembocará con la visita al césped artificial del Nou Congost de Manresa. El motivo: el cumpleaños de Agustín Coscia, que llegó a los 27 el domingo pasado y lo celebró con la cómoda victoria sobre el Atlético Saguntino. 

El delantero argentino pagó la carne que pasó por las brasas y que inundó de un olor característico el estadio en el tramo final de la sesión de trabajo, uno que valió para abrir el apetito a los jugadores, que dieron buena cuenta de todas las proteínas después de la ducha.

La actividad valió, además, para redundar en el excelente ambiente que se ha instalado en el vestuario después de enlazar las dos últimas victorias y ha servido para conjurar al bloque antes de las cuatro jornadas finales, las que deben valer para fijar un nuevo tope de triunfos consecutivos en un curso en el que los hombres de Torrecilla no han sido capaces de ganar más de tres partidos seguidos... todavía.