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Cumbre por el futuro del Hércules

Ortiz, Ramírez y Quique Hernández inician conversaciones para comenzar a esbozar una 20-21 trascendental por la introducción de la Segunda B Pro en la campaña siguiente

Juan Carlos Ramírez y Enrique Ortiz, en el palco del Rico Pérez. jose navarro

Caso cerrado. La desastrosa 19-20 ya es cosa del pasado y el Hércules se aferra al futuro incierto como único bote salvavidas. En medio de esa huida hacia adelante, en el club saben que lo ocurrido en los últimos 365 días no puede volver a pasar jamás. Por ello las tres cabezas visibles del Hércules (Enrique Ortiz, Juan Carlos Ramírez y Quique Hernández) ya han iniciado conversaciones para despejar paulatinamente lo que será del club en los próximos meses, en los albores de una 20-21 enigmática por la todavía inestable situación social por el coronavirus, pero también una campaña crucial en lo deportivo con la instauración al próximo curso de la Segunda B Pro.

Ortiz sabe que para empezar la nueva temporada deberá hacer tabla rasa: no sirve prácticamente nada del horror de la 19-20. También es consciente de que la sufrida afición herculana necesita explicaciones, ya no disculpas, pero sí algún mensaje al que aferrarse, para sanar heridas y mirar hacia adelante. La potestad la tienen los dueños, Ortiz y Ramírez, y son los que han tomado la iniciativa para comenzar a crear el proyecto de una 20-21 que necesita mil y una decisiones.

La primera, se da por supuesta, es la continuidad de Ramírez en el club como hombre fuerte de Ortiz, toda vez que la «operación venta» del club anunciada en febrero para captar inversores y/o compradores quedó sepultada por el confinamiento y la crisis económica que se avecina. Por tanto, Ramírez seguirá. Se entiende que distanciado en cierta manera de la dirección deportiva, una comisión todavía sin definir y cuya composición es uno de los caballos de batalla de los próximos días. Paco Martínez y Paquito Escudero, llegados en diciembre para ocupar la vacante dejada por Portillo, terminan contrato y su continuidad no está resuelta. El club sabe que para afrontar la 20-21 con garantías es imprescindible formar un organigrama deportivo serio; la eterna promesa.

De momento son todo pequeños pasos porque el club sigue inmerso en un ERTE, cuya duración está supeditada al estado de alarma. Todo en medio de una nebulosa que el paso de las semanas se encargará de ir despejando. En el Hércules, como en todos los clubes de la categoría, preocupa el nuevo escenario de la Segunda B 20-21, que presumiblemente se deberá disputar sin público en las gradas hasta el nuevo año. Sin taquillas y con unos abonos sin definir (quizás se incluya un abono a una plataforma para ver los partidos) los presupuestos se reducirán drásticamente y el del Hércules podría rebajarse hasta el 50%: para la plantilla 19-20 se destinaron en torno a dos millones de euros.

Nuevo técnico

La confección de los protagonistas también va lenta por los acontecimientos. El club no se ha puesto en contacto con ningún futbolista ni tampoco con el entrenador, un Antonio Moreno que empató a cero sus cuatro partidos al frente del banquillo del Hércules hasta que el virus frenó el fútbol. Todo hace indicar que no será él el elegido para una temporada en la que los mandatarios del club son ambiciosos y en la que el objetivo no será enrolarse en la Segunda B Pro, sino ascender al fútbol profesional.

El cuerpo técnico también sufrirá un profundo lavado de cara (sólo José Végar tiene contrato en vigor hasta junio de 2021) y su fisonomía se resolverá en cuanto se opte por un primer entrenador. En cuanto a la plantilla, hasta ocho jugadores terminan contrato. Cada caso es diferente pero el club hará un esfuerzo por renovar a Falcón y a Raúl Ruiz, de lo poco salvable de un año catastrófico. Ambos quieren continuar en Alicante: el portero, capitán del equipo, quiere seguir haciendo historia en el club; y el lateral está cedido por el AEK Larnaca.

El resto de casos son más diversos: Diego Benito se ha quedado a varios partidos de renovar automáticamente y Perone, que también dejó buena impresión, está cedido. El resto son el griego Vergos, el mediocentro De Lerma, el defensa Álvaro Pérez y el portero Ualoloca, inédito en toda la temporada.

El Hércules sabe que no puede desaprovechar la vida extra que le ha dado la Divina Providencia y ya comienza a andar de nuevo. Con muchas dudas, pero con una certeza: el gordo solo toca una vez en la vida. Hay que ponerse a trabajar.

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