El Hércules CF salvará gracias a la suspensión del campeonato, como consecuencia de la crisis del coronavirus, y a la decisión de que no haya descensos, que será aprobada este viernes por la comisión delegada de la real Federación Española de Fútbol (RFEF), una temporada catastrófica en el terreno de juego que había puesto en serio peligro su continuidad en la categoría.

El equipo alicantino cerrará el ejercicio como antepenúltimo y tenía serias opciones de consumar el descenso a Tercera, ya que a pesar de estar a solo dos puntos de la permanencia también estaba situado a dos del colista, el Orihuela, ante el que tenía el coeficiente particular perdido.

El Hércules, que devoró cuatro entrenadores esta temporada, atravesaba por una extraña racha antes del parón que le había permitido recortar ligeramente distancias con la salvación, aunque más por deméritos de sus adversarios que por una inercia positiva.

El equipo alicantino llegó al parón tras sumar cuatro partidos sin perder, encajar ni marcar, todos los que llevaba al frente del equipo el técnico Antonio Moreno.

Sin embargo, la racha se antojaba insuficiente para escapar de la cola, ya que el equipo estaba en una crisis goleadora de cinco partidos sin marcar y no era capaz de vencer como local en el Rico Pérez desde el pasado 20 octubre.

La errática trayectoria del Hércules desde el inicio de la competición, en la que partió con el reto de buscar el campeonato de grupo, se llevó por delante tras la tercera jornada a Lluís Planagumá, el técnico que meses antes había rozado el ascenso tras dejar al equipo segundo de la Liga, igualando su mejor clasificación de siempre en Segunda B.

Las pocas fechas de preparación, el golpe anímico de no lograr el ascenso, las lesiones, el bajísimo rendimiento de los fichajes y los jugadores que estaban llamados a marcar las diferencias pesaron como una losa en el inicio lamentable de Liga del que el equipo ya no supo reponerse.

Tras un paréntesis de un partido en el que el Hércules estuvo dirigido con José Végar, con derrota ante el Orihuela (1-3), el equipo alicantino experimentó un breve repunte con Jesús Muñoz en el banquillo, quien fue el único capaz de hacer ganar al equipo dos partidos seguidos.

Una goleada en La Nucía (3-0) dejó al entrenador tocado hasta que cayó tras perder ante el Espanyol B (3-2). Vicente Mir, que ya había entrenado al Hércules y rozado el ascenso a Segunda años atrás, tomó el relevo sin suerte.

El valenciano, tras una revolución en la plantilla en el mercado de invierno por medio, no logró sacar al Hércules de la cola y solo sumó dos victorias, ambas sorprendentes y a domicilio ante Nàstic y Sabadell, entonces líder.

La derrota ante el Orihuela (1-0), colista, precipitó su destitución, dejando paso a Moreno, entrenador del filial, de forma interina. El extremeño logró mejorar el rendimiento defensivo del equipo, pero no fue suficiente para ganar ningún partido de los cuatro que dirigió.

El Hércules solo estuvo fuera del descenso o de la promoción de permanencia durante cuatro jornadas de las 27 disputadas y se mantuvo de forma ininterrumpida en la cola en las últimas 14.

La temporada 2019-20 dejará los peores resultados del equipo a lo largo de su historia en la categoría y la sensación de que, pese a que la permanencia aún era un objetivo al alcance de la mano, la pandemia ayudó en esta ocasión a frenar un drama deportivo en el Rico Pérez.