El estadio José Rico Pérez de Alicante cumplirá este viernes, 1 de mayo, dos meses sin ser sede de un encuentro de fútbol como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus y sin noticias de un regreso a la actividad próximo.

El recinto alicantino abrió sus puertas a los aficionados por última vez el pasado 1 de marzo para acoger el encuentro entre el Hércules y el Andorra (0-0), cuando aún no había sospechas de la dimensión que podía alcanzar el Covid-19.

Una semana después, y tras varias sesiones en su estadio, el Hércules disputó su último encuentro oficial en Zaragoza ante el Ebro y se ejercitó varios días en el Rico Pérez.

Durante la semana siguiente el club ya limitó el acceso a los aficionados y periodistas a su estadio, hasta que finalmente clausuró toda actividad deportiva el pasado 13 de marzo, horas antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma.

El terreno de juego del Rico Pérez ha seguido contando durante este periodo de confinamiento con los cuidados de un jardinero a la espera que pudiera reiniciarse la competición, posibilidad cada vez más remota.

El periodo de inactividad del recinto herculano supera ya incluso el de algunas pretemporadas y solo es comparable a los periodos en los que el terreno de juego fue sometido a una reforma total, como en los veranos de 1995 y en 2010, tras el último ascenso a Primera División.