La incertidumbre continúa sobrevolando el Rico Pérez, el Hércules, como los otros 79 equipos de Segunda División B, espera la decisión salomónica de la Federación Española sobre el final de la competición. Por el momento, sólo han sido conjeturas, hipótesis y propuestas interesadas de quienes ven amenazados sus sitios de privilegio. El Hércules, en un vagón de cola inédito y mirando con pánico los puestos de descenso a Tercera entre los que se encuentra, espera que la RFEF haga tabla rasa y decrete amnistía, un año sin descensos.
Conscientes de que lo que queda de temporada 19-20 no se va a poder disputar (otra cosa es el fútbol profesional), se amontonan multitud de frentes abiertos. Uno de ellos, nada secundario, el de la afición y sus abonos. El Hércules sabe que los cinco partidos que faltaban por disputarse en casa estaban incluidos en el abono y que los socios no han podido disfrutar. «Estaremos a la altura de las circunstancias», comenta el presidente Quique Hernández, que confiesa que el club todavía no se ha puesto manos a la obra con el tema por la nebulosa que todavía empaña todo.
«Es que no sabemos nada, ni en qué categoría vamos a jugar, ni cuándo volverá el fútbol, ni siquiera si volverá con o sin público en el fútbol no profesional», se lamenta Hernández. «Lo que está claro es que lo que más nos importa son los socios de toda la vida, los fieles», prosiguió el presidente. «Los abonados merecen todos los respetos y buscaremos fórmulas para corresponderles porque el que reclame esos partidos por los que ha pagado tiene toda la razón», matizó Hernández. Sin embargo, el presidente del Hércules emplazó a que haya una resolución firme con la temporada inconclusa y la próxima: «No nos anticipemos al escenario».
La afición también propone diferentes soluciones a esos partidos incluidos en el abono que no han tenido lugar (Cornellà, Castellón, La Nucía, Espanyol B y Nàstic de Tarragona). Los miembros de la Asociación Herculanos expusieron algunos métodos a este periódico: descontarlo en el abono de la próxima temporada, donar el importe a destinos benéficos e incluso que sea destinado a medidas de prevención sanitaria en el estadio. «Una solución podría ser que ese importe se dedicara para hacer test a los abonados y así garantizar que el Rico Pérez sea un espacio libre de coronavirus», explica Quique Tébar, presidente de la Asociación. Otra de las medidas que proponen es la de «separar en el estadio a los aficionados con dos butacas por medio y tomar la temperatura en la entrada».
En esa línea también se expresaba otro colectivo histórico blanquiazul, la peña Herculanos Sin Fronteras. «En el estadio caben 30.000 personas, seguro que hay medidas para meter en las gradas a los 5.000 socios en buenas condiciones, pero en ningún caso deben plantearse que vuelva el fútbol sin público, apuntó su presidente Luis Mascaraque. «Es como si abren los teatros, pero el público no puede entrar, sólo para que los actores hagan una obra, no tiene sentido», prosigue. Respecto a qué hacer con esos partidos incluidos en el abono pero que no se han podido disputar, Mascaraque es escéptico. «Tal como están las cosas en el club no creo que nos devuelvan el importe, pero en realidad tienen excusa porque no saben ni cuándo va a volver el fútbol ni en qué categoría vamos a estar», indicó.
Vicente Zaragoza, presidente de la Peña de Guardamar, centra su preocupación en que la gestión del club la asuman «profesionales» tras la «salvación de rebote» que se ha conseguido. «Los abonos ya veremos pero que, cuando se reanude todo, fichen a jugadores que conozcan la Segunda B y que representen dignamente a la afición que tiene el club», culminó.
