Los dueños del Hércules, los empresarios Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, tienen previsto ahorrarse unos 230.000 euros al mes durante el período de vigencia del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) presentado la pasada semana para la totalidad de su plantilla por razones de fuerza mayor por la pandemia del coronavirus. Así se desprende de las cifras del presupuesto para la temporada 19/20, fijado por el consejo de administración en 3.597.000 euros, a razón de unos 300.000 euros por cada una de las mensualidades del ejercicio, según consta en el informe oficial de las cuentas, cuya aprobación en junta general de accionistas también se ha aplazado por la crisis del Covid-19.

El ERTE del Hércules afecta a unos 70 empleados del club, entre la plantilla, cuerpo técnico y personal no deportivo y su propuesta de entrada en vigor se retrotrae al 14 de marzo, día de la entrada en vigor por decreto del Gobierno del estado de alarma en España, que ha paralizado todas las competiciones deportivas y toda la actividad industrial considerada no esencial. El expediente también dejaría en suspenso durante su vigencia el pago de las correspondientes cuotas de la Seguridad Social, que rondan mensualmente los 48.000 euros en la entidad blanquiazul.

En un año de vacas muy flacas para el Hércules -en lo deportivo en puesto de descenso a Tercera y en lo institucional con cambio presidencial y contestación de la hinchada-, Ortiz y Ramírez han visto en el ERTE la ocasión para ahorrarse la minuta de unos 230.000 euros mensuales que les cuesta la nómina de empleados el Hércules durante cada mes de vigencia de este estado excepcional. Mientras, la plantilla del primer equipo sigue en contacto con el sindicato de futbolistas AFE para preservar sus derechos durante la aplicación del expediente regulador.

De acuerdo con las cifras de ingresos y gastos calculadas por el consejo para la presente campaña, la «parte de león» de los casi 3,6 millones presupuestados se la llevan los jugadores y técnicos del primer equipo con casi 1,7 millones para todo el curso, seguidos del personal no deportivo (300.000) y de los trabajadores deportivos no inscribibles (188.000). En el capítulo de gastos generales se consignan 689.000 euros y para la Seguridad Social 574.000, pero solo estos últimos estarían paralizados por el ERTE, a razón de 47833 al mes.

De cualquier modo, esos cálculos se efectuaron antes del inicio de la convulsa temporada que vive el primer equipo, cuya errática trayectoria le ha obligado a pasar por las manos de hasta cuatro entrenadores (Lluís Planagumà, Jesús Muñoz, Vicente Mir y el actual Antonio Moreno) y varios directores deportivos (Javier Portillo y la dupla Francisco Escudero, Paquito, y Francisco Martínez, a las órdenes de Ramírez), así como a una frenética actividad en el mercado de invierno con seis fichajes y ocho descartes en la plantilla. Movimientos todos ellos que han disparado el gasto muy por encima de lo previsto.

De hecho, ya en la temporada anterior, la 2018-19, los gastos de personal de la primera plantilla y los empleados no deportivos ascendieron al final a 2,35 millones de euros, una cifra similar a la prevista en un principio para esta temporada, aunque en la pasada hubo muchas menos turbulencias en el mercado invernal y no se registró ningún movimiento en el banquillo ni en la dirección deportiva con Planagumà como técnico del equipo que se quedó cerca del ascenso.

La contención y la previsión contables nunca han sido un fuerte de los consejos del Hércules controlados por Ortiz. Los gastos de personal de la temporada pasada, esos 2,3 millones de euros, exceden con mucho los ingresos recaudados ese curso, que ascendieron a 1,54 millones en una campaña en la que se disputaron las tres eliminatorias del «play-off» por el ascenso. Es decir, que los gastos de contratación superaron en 800.000 euros los ingresos por todos los conceptos (partidos de Liga, amistosos, televisión, patrocinio, abonados, publicidad, convenios varios y aportación de la Federación).