Como en casa... en cualquier sitio. El Hércules se ha empeñado esta temporada en convertir en enemigo a un aliado inquebrantable. El equipo blanquiazul no gana en su estadio desde el mes de octubre y desde entonces ha encadenado ocho pinchazos, a cuál más sonado.

El principal baluarte que tienen los equipos en cada temporada, su propia casa, se ha convertido en una auténtica pesadilla para este Hércules convencido, paradójicamente, de que la autolesión es su único camino. El pasado 20 de octubre el conjunto alicantino venció por última vez en el Rico Pérez (3-0 ante el Ebro) y tras aquella victoria se ha amontonado el drama. Cinco empates y tres derrotas, una de ellas que además supuso la eliminación en Copa del Rey contra el Recreativo de Huelva, previo escándalo con las entradas por obra y gracia de los mandatarios del club.

El último precedente en Alicante, el 26 de enero ante el Atlético Levante, encendió todas las alarmas. Vicente Mir, el cuarto entrenador de la temporada, esquivó la guadaña porque la semana posterior Quique Hernández llegó a la presidencia. El siguiente fin de semana el Hércules sorprendió al ganar en casa del líder Sabadell y el técnico recuperó crédito. Poco le duró porque Mir dilapidó esa confianza extra el pasado domingo tras la derrota blanquiazul en Los Arcos ante un Orihuela que llegaba al partido peor que el Hércules.

Ahora, sin Mir en el banquillo y con Antonio Moreno en él de manera interina, el Hércules afronta el domingo (17.00) una final ante el Llagostera en un escenario maldito. El club apelará a la fuerza de un Rico Pérez en horas bajas y ha regalado cuatro entradas por cada abonado para que el estadio vuelva a rugir para bien.

Acuñado por Gabriel García Márquez y recuperado para el mundo futbolero por Jorge Valdano, el término «miedo escénico» se le vuelve en contra al Hércules, un club que sabe que su permanencia en Segunda División B pasa por zurcir contra reloj el descosido en el Rico Pérez. Valdano reconoció en una entrevista el aroma de remontada que sobrevolaba el Bernabéu en los años ochenta: «El público tenía una fe un poco insensata. Generaba una presión muy fuerte sobre el partido, que a los jugadores del Real Madrid nos euforizaba y a los del equipo contrario los acobardaba».

Trasladada aquella afirmación al Hércules más reciente, a quienes les pesa el ambiente de su propio estadio es a los jugadores blanquiazules. No sólo a los actuales, sino a la larga lista de gfutbolistas que ha pasado en esta etapa en Segunda División B y que no han conseguido sacarlo del pozo.

En estos seis años, el Hércules sólo ha sido capaz de ganar el 48% de sus partidos en el Rico Pérez. Se dice pronto. En total ha disputado 107 partidos de Liga de Segunda B desde su descenso en 2014 y sólo ha vencido 51. Además, 31 empates y 25 derrotas. Muchos de ellos en derbis provinciales ante equipos infinitamente inferiores, apenas sin pasado en el fútbol profesional. Y otros muchos ante rivales amateurs, con campos de césped artificial y plantillas que compaginaban sus trabajos con el fútbol. O lo que es lo mismo, desde la 2014-15, el Hércules deja de ganar en su estadio el 52% de sus partidos. Más de la mitad. Y así es imposible regresar al fútbol profesional.

Todo ello con una afición entregada, que en el peor momento de la historia del club sigue es capaz de llevar 700 almas a Orihuela.Un drama elevado a la máxima potencia porque el club, desnortado y sufriendo los ímpetus indescifrables de sus mandatarios, bajará a Tercera a final de temporada si nadie lo remedia.

De récord en récord (negativo)

Los ocho partidos seguidos que lleva el Hércules sin ganar en el Rico Pérez es todo un récord negativo. El equipo, en cualquier categoría, no sufre tal concatenación de tropiezos en su estadio desde la 03-04, también en Segunda B. Entonces el Hércules de José Carlos Granero encandeó nueve jornadas sin ganar, las nueve primeras concretamente: cuatro empates y cinco derrotas. Sin embargo, el equipo se rehízo (más o menos) y terminó el curso en una desastrosa novena posición. Todo un lunar histórico en el club que visto hoy parece una delicia.

En lo más inmediato, el Hércules todavía no encuentra relevo a Mir, pese a que los nombres se amontonan sobre la mesa. De momento, Antonio Moreno entrenará hoy por tercer día consecutivo al primer equipo y todo hace indicar que se sentará el domingo en el banquillo del Rico Pérez.