Nadie faltó al derbi. Orihuela se vistió de gala para recibir al Hércules en partido oficial 18 años después. Las calles de la ciudad de la Vega Baja rezumaron fútbol desde bien pronto y a golpe de café y carajillo se fue haciendo la cuenta atrás. A quien se le atragantó el sorbo fue a un Hércules que, como de costumbre, volvió a fallar en los derbis. Y van tres años.

Sobrepasado por casi todo rival con el que se enfrenta en esta temporada, los partidos entre vecinos se le atascan todavía más. Esta temporada, gracias a Dios, sólo se mide al Orihuela, que ha ganado cuatro partidos en lo que va de temporada y dos han sido a los blanquiazules.

El partido fue retransmitido en directo por À Punt para toda la Comunidad Valenciana y Los Arcos registró un lleno imponente. El estadio, plagado de niños de la zona y de más de medio millar de aficionados alicantinos, presenció el milagro del Orihuela, que con todo merecimiento batió a un Hércules que, a pesar de su dinámica decepcionante, le multiplica el presupuesto.

El conjunto escorpión deja muy tocado a Vicente Mir, que hoy podría dejar de ser entrenador del Hércules tras solo dos victorias desde su llegada a principios de diciembre. En el otro banquillo, el técnico-milagro, un Gerard Albadalejo que ha sumado dos victorias, tres empates y una derrota en sus seis encuentros como técnico del Orihuela. Unos números muy alejados de la zona de descenso a Tercera en la que, no obstante, sigue atrapado el club amarillo por su mala primera vuelta.

Con Albadalejo al frente de la nave en el vestuario, varios futbolistas destacaron ayer sobre el césped, aunque principalmente lo hizo Chechu Flores, aclamado por Los Arcos como hijo predilecto de Orihuela a pesar de llevar solo una temporada como escorpión. El extremo jienense, reubicado ahora como mediapunta, dio un recital y más de un directivo blanquiazul debió de pensar en el palco por qué no fructificó la negociación para traerlo de vuelta en el mercado invernal.

Como cabía esperar, el derbi provincial entre Orihuela y Hércules generó un ambiente impresionante en Los Arcos, únicamente comparable en el estadio oriolano con partidos de play-off de ascenso a Segunda División B o el reciente de Copa del Rey frente al Villarreal, todo un Primera División.

La presencia de numerosos seguidores herculanos, unida a la buena respuesta de la afición escorpíón ante la expectación despertada en este encuentro entre dos necesitados, hizo que Los Arcos presentara la mejor entrada de la temporada en Liga, con 2.437 espectadores, de los cuales muchos fueron escolares que entraron con las invitaciones que el club repartió a lo largo de la semana en los colegios Jesús María de San Agustín y Miguel Hernández. La afición local acabó ovacionando a su equipo al término del partido, celebrándolo como si ya se hubiera conseguido la salvación, lo que da muestra de la importancia que tuvo para la hinchada este derbi. Por su parte, los seguidores alicantinos, resignados, aplaudieron a sus jugadores el esfuerzo y alguno recriminó una actuación que los lleva camino de Tercera División.

Máxima expectación

Ninguna personalidad del mundo del fútbol quiso perderse el encuentro entre el Orihuela y el Hércules. En las gradas de Los Arcos estuvieron varios entrenadores; entre ellos Riquelme Galiana, ex del Alcoyano, Lorca o Eldense. También estuvo David de la Hera, exfutbolista del Hércules en los años noventa. La directiva blanquiazul también acudió en pleno al estadio: Juan Carlos Ramírez, Carlos Parodi, Quique Hernández, Valentín Botella, José León.. Entre los representantes herculanos también estuvo el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Alicante, José Ramón González.

Por otra parte, el Hércules recibirá el domingo al Llagostera con las bajas de Nani (expulsado ayer) y de Perone (que vio la quinta amarilla). El Orihuela jugará el domingo en casa del líder Sabadell, que ayer perdió en La Nucía.