Intangibles que contagian, actitudes que marcan el camino al resto del grupo, gestos que alimentan la esperanza. La incorporación de Raúl Ruiz en el mercado de invierno tiene visos de aportar al Hércules valores que pueden resultar trascendentales para alcanzar la ansiada permanencia. Más allá de lo futbolístico, de lo meramente deportivo, de que en apenas dos partidos haya dado la vuelta a un calcetín agujereado por el que los rivales dañaban a un Hércules moribundo. El flanco derecho de la defensa blanquiazul ha mutado con la llegada del canterano. Por aptitud, indudable, pero también por actitud. Quizás, lo segundo, mucho más importante en la crítica situación en la que se encuentra un gigante con pies de barro que coquetea sin disimulo con bajar a Tercera.
El martes, dos días después de que el Hércules asaltara contra todo pronóstico la Nova Creu Alta y doblegara al líder con puño de hierro, la lesión de Raúl Ruiz teñía de negro una victoria que, por el momento y su complejidad, regaba de esperanza el entorno de un equipo que parecía abandonado a su suerte. El canterano tuvo que ser sustituido en la recta final del partido ante el Sabadell tras sufrir unas molestias y, pasadas 48 horas, se confirmaba el peor de los presagios. Según el parte médico emitido por el club tras someter al jugador a una ecografía, el lateral alicantino sufría una «rotura miosfacial del sóleo Grado1». El tiempo estimado de recuperación, tal y como rezaba el mismo comunicado, era de 15 a 20 días. Baja segura ante Orihuela, Llagostera y Barcelona B. ¿Segura?
Después de los días de descanso concedidos por Vicente Mir a la plantilla tras su victoria en tierras catalanas, el equipo regresaba el miércoles al trabajo con la sensible ausencia del canterano, incorporado a préstamo procedente del AEK Larnaca en el pasado mercado de invierno. Raúl Ruiz trabajó en silencio con los fisios tanto el miércoles como el jueves con la mente puesta en Los Arcos, contraviniendo los dictámenes de los galenos y dejándose llevar por sus sensaciones. Eran buenas, muy buenas, y así lo confirmaron las nuevas pruebas diagnósticas a las que se sometió el mismo jueves. Ni rastro de la pequeña rotura que reflejaba la primera ecografía. Vía libre a su espíritu indomable.
El lateral, destacado por derecho tras sus actuaciones ante el Atlético Levante y el Sabadell, se reintegró ayer a la dinámica del grupo y completó el entrenamiento planteado por Vicente Mir en el Rico Pérez con total normalidad. Ni rastro de las molestias que le hicieron abandonar anticipadamente el terreno de juego de la Nova Creu Alta. El milagro terminaba de tomar forma y Mir, salvo contratiempo en la sesión preparatoria de esta mañana, podrá contar en Los Arcos con el canterano. Un lateral con alma de extremo capaz de resquebrajar las defensas contrarias con su verticalidad.
Buenas sensaciones
«Ha entrenado y no ha tenido ninguna molestia. Él nos dice que está bien sí o sí, y yo no lo descarto», aseguró ayer el preparador blanquiazul, aunque manteniendo las reservas. «Es el sóleo y es un sitio complicado. De momento vamos avanzado y todo va bien, pero no garantizo que pueda estar el domingo aunque todo hace pensar que pueda estar bien para jugar», añadió Mir.
Sergio Jiménez, otra de las seis incorporaciones realizadas por el club en el mercado invernal, también podrá ser de la partida en Los Arcos. El centrocampista cartagenero, que al igual que Raúl Ruiz tuvo que ser sustituido en la Nova Creu Alta por sufrir problemas musculares, acompañó ayer a Raúl Ruiz y se ejercitó junto al resto de la plantilla sin acusar molestia alguna. «Mañana -por hoy- van a someterse a una última prueba y posiblemente puedan estar los dos», apuntó Mir al respecto.
Así, todas las miradas se centran ahora en Jona, quien ayer se entrenó con precaución y debe someterse a una ecografía para determinar el alcance sus molestias. «Vamos a ver lo que nos dicen que tiene», sentenció Mir, quien espera que De Lerma se reincorpore la próxima semana ya a la dinámica de grupo.
Pocos cambios
Si Raúl Ruiz y Sergio Jiménez no dan un paso atrás en la última sesión previa a la final de Los Arcos, Mir tiene en mente poner en liza un once muy parecido al que profanó (1-2) el fortín del líder el pasado domingo.
«El equipo va a cambiar poco. Cuando once, doce, trece o catorce futbolistas saltan al campo y lo hacen como lo hicieron, lo lógico es que el once inicial salga de esa terna de jugadores», apunta Mir, poco dado a los cambios cuando las cosas funcionan. Así lo hizo tras ganar en Tarragona y mañana, en Orihuela, repetirá el mismo guion.
De esta forma, el central Pablo Íniguez, sancionado en Sabadell tras su expulsión ante el Atlético Levante, apunta al banquillo en detrimento de Teo Quintero, titular en la Nova Creu Alta formando pareja de centrales con Perone. Felipe Alfonso y Diego Benito, los señalados inicialmente para suplir a Raúl Ruiz y Sergio Jiménez en el once, serán los grandes «damnificados» de la buena evolución que presentan tanto el lateral alicantino como el mediocentro cartagenero. Mientras, el canterano Pedro Torres y Yeray González parecen inamovibles en la sala de máquinas, mientras que Moha, Alfaro y Nikos Vergos repetirán como tridente ofensivo. Mir vuelve a jugarse el cargo en Los Arcos, y lo hará con los mismos que el pasado domingo le regalaron una semana más de vida en el banquillo blanquiazul.
