Cuatro días después de su anuncio de retirada de la gestión diaria del Hércules tras las protestas de la afición contra la directiva el pasado domingo, el accionista y expresidente Juan Carlos Ramírez se dejó ver ayer por el estadio Rico Pérez, donde presenció el entrenamiento del equipo en compañía del nuevo mandatario Quique Hernández. Más relajado que en las tensas jornadas de las últimas semanas, Ramírez departió con varios empleados del club y también visitó las oficinas de la entidad de cuyo accionariado forma parte a través de la sociedad Zassh Tecnológica junto a Javier Portillo, ex director deportivo y yerno del propietario Enrique Ortiz.

Ramírez aprovechó la caída en picado del equipo para hacerse cargo de la parcela deportiva dese el pasado 9 de diciembre tras la dimisión de Portillo y del entrenador Jesús Muñoz -tercero del curso por aquellos días- tras la derrota frente al filial del Espanyol en Barcelona.

El «golpe de mano» de Ramírez se concretó de forma inmediata con el regreso al banquillo blanquiazul de un entrenador de su «cuerda», Vicente Mir, que ya llevó al Hércules a la final de la promoción por el ascenso a Segunda A en 2016.

Al mismo tiempo, el empresario vasco delegó la profunda renovación de la actual plantilla en otros dos hombres de su confianza: Francisco Escudero, Paquito, y Francisco Martínez. Sin embargo, los resultados con Mir siguen siendo propios de un equipo de descenso -cinco puntos de 18 posibles- y los cambios del mercado invernal han debilitado al equipo.