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Ramírez y un legado de escombros

El empresario se echa a un lado 48 días después de irrumpir en la dirección deportiva del Hércules tras el adiós de Portillo

Ramírez y un legado de escombros

Huracán tras huracán. El Hércules sigue en plena autodestrucción. El pasado domingo, tras otra hiriente actuación, esta vez ante el filial del Levante, Juan Carlos Ramírez decidió apartarse de la gestión diaria del club, aunque seguirá en la sombra, aportando dinero, hasta final de temporada. Ayer, por lo pronto, el Hércules eligió un parapeto, el de Quique Hernández, que asumirá la presidencia de nuevo, una vez apartado Ramírez del día a día. El legado que recibe Quique no es nada halagüeño, muy diferente al que dejó en octubre de 2018, cuando decidió marcharse con el equipo en puestos de ascenso a Segunda. Ramírez entró en la escena deportiva el pasado 9 de diciembre, tras la dimisión de Portillo después de perder en casa del Espanyol B. Hoy, casi 50 días después, nada ha mejorado en el Hércules, más bien todo lo contrario. Ramírez se marcha de la primera plana por la presión social pero deja tras él un panorama al borde de la calcinación y con una urgencia tremebunda.

Hundido en la clasificación

A cinco puntos de la permanencia

Ramírez y Vicente Mir irrumpieron en el día a día del Hércules el 9 de diciembre, cuando el equipo acababa de perder en Barcelona y sumaba seis jornadas sin ganar. Entonces el Hércules era 17º clasificado, con 13 puntos, a dos puntos de la promoción y a cuatro de la salvación. Hoy, seis jornadas después de aquella aparición, el equipo sigue hundido en los puestos de descenso a Tercera División, es 18º, está a tres puntos de la promoción y a cinco de la permanencia. Todo un peldaño por debajo y con el agravante añadido de que quedan seis jornadas menos para evitar el desastre.

Antes de comenzar la segunda vuelta, la previsión -según las últimas 10 temporadas en el grupo III- era de hacer 28 puntos para lograr los 45 que dan virtualmente la permanencia. En las tres jornadas de esta segunda vuelta el conjunto de Mir sólo ha sumado un punto de nueve y la calculadora cada vez es más cruel.

Debilitado en el mercado invernal

Movimientos para aligerar salarios y empeorar el equipo

Lo que iba a ser un retoque, un par de detalles para potenciar una plantilla en depresión, se ha ido convirtiendo en un masivo intercambio de cromos que no ha hecho más que debilitar al equipo. Ramírez depositó su fe en Mir, Paquito y Paco Martínez para confeccionar el nuevo Hércules con más de media temporada por delante. En el primer partido de 2020 los blanquiazules se presentaron sin ninguna cara nueva. Todo lo contrario, abrieron el nuevo año debilitados, con la baja de Fran Miranda, apartado sin demasiada explicación a la espera de su marcha al Nàstic.

Lejos de mejorar la plantilla, la sensación que deja este mercado invernal que termina el próximo viernes es que el Hércules se ha debilitado. El club se ha desprendido de varios de sus puntales, fundamentales el pasado curso como Miranda o Carlos Martínez, cuando casi se asciende a Segunda con Planagumà y Portillo. El resumen, sobre el papel, es que ni el delantero griego Vergos mejora a Carlos ni Sergio Jiménez y De Lerma, lesionado para un mes tras jugar solo 54 minutos, están más cualificados que Miranda. La dirección deportiva reconocía que era cuestión de sensaciones, de jugadores no comprometidos. El último en salir fue el extremo Borja Martínez, contratado en verano con un jugoso y amplio contrato (tres años más otro opcional), que se ha marchado al Ibiza.

Todos los movimientos responden, más bien, a una decisión de Ramírez (y no de Paco y Paquito) de aligerar los salarios, sin tener demasiada consideración en aspectos deportivos. El todavía socio de Ortiz en el Hércules ha buscado en este mercado abaratar costes y borrar la huella de Portillo, enemigo pero socio en Zassh Tecnológica.

Un club sin cabeza visible

¿Quién manda ahora en el Hércules?

El paso al lado de Ramírez dejó el domingo un sillón de mando que vuelve a girarse lentamente para que aparezca de nuevo Enrique Ortiz. La marcha del empresario vasco deja desnudos a Paquito Escudero y Paco Martínez, elegidos por él mismo para confeccionar el mercado de invierno. Queda la incógnita de si ambos seguirán al frente de la dirección deportiva, aunque todo hace indicar que sí seguirán hasta final de temporada. ¿Sobre qué hombros recae ahora la responsabilidad de elegir al nuevo entrenador, en el caso de que los números de Mir no mejoren?

Todo indica a que ahora serán Ortiz y Quique quienes elijan el nuevo entrenador entre un abanico de posibilidades que le presenten, en un futuro incierto, Paquito y Paco Martínez. Una vez elegido, la suerte estará echada casi por última vez. Sería el quinto entrenador, todo puede pasar porque aún quedan 16 jornadas por delante.

Afición

La masa social se despereza

Anestesiada y dividida, aunque con brotes verdes. La afición del Hércules, empujada por la iniciativa de Unidad Herculana, realizó una marcha el pasado domingo desde Luceros hasta el estadio a modo de protesta por la ruinosa gestión de Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez. Durante el encuentro, la grada del Rico Pérez señaló con varios cánticos a los dos máximos accionistas e incluso un centenar de personas esperaron al término del partido a los futbolistas y dirigentes. Ramírez ya no estaba en el estadio, se marchó tras el 0-3 del Atlético Levante, pero el ambiente de crispación precipitaron que decidiera apartarse de la gestión diaria.

Formas

Una retahíla de exabruptos y malas decisiones

Ramírez llegó a Alicante en el verano de 2014 y nunca fue bien recibido por la afición blanquiazul. Sus decisiones poco populares con los abonos, sus diferencias con Quique Hernández, el sainete de los precios del reciente partido de Copa con el Recreativo o sus habituales bastedades han consumido su crédito.

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