La marcha de Juan Carlos Ramírez de la primera línea del Hércules fue una gran noticia para la afición, una persona que nunca ha congeniado con los seguidores blanquiazules. Al contrario que con Quique Hernández, cuya noticia de su regreso a la presidencia se supo a última hora de la noche. El empresario se convirtió el domingo en el blanco de las críticas junto a su socio Enrique Ortiz, de forma que seis horas después de la marcha que organizó Unidad Herculana y que congregó a medio millar de aficionados, el club envió un comunicado anunciando su salida del día a día de la gestión herculana.

Sergio Fabra, portavoz de la asociación alicantina, se mostró muy contento de que por fin la afición se haya unido para intentar cambiar el modelo de gestión del Hércules. «Estamos muy contentos del desarrollo de la marcha, la gente ha respondido y se ha demostrado que otro Hércules es posible si la afición está unida», destacó el representante de Unidad Herculana. «La marcha de Ramírez es una buena noticia, lo que tenemos claro es que no puede haber una alfombra roja en el Rico Pérez para mucha gente. De todas formas, hay que ver todavía si realmente se ha marchado. Queremos que se vayan todos», señaló Sergio Fabra, consciente de que la situación del Hércules es «insostenible». Unidad Herculana se creó hace dos meses con el objetivo de luchar para cambiar de manos el club blanquiazul ante el desastre. «Decidimos mover ficha en vista de que nadie lo hacía. Si estamos unidos se puede cambiar este Hércules y buscar alternativas que puedan dar el paso. Lo que tenemos claro es que queremos que se vayan los que están ahora», afirma.

Para el representante de la asociación, el Hércules desprende un fuerte aroma a Tercera División. «Pinta muy mal, el equipo no ha dado la cara ante rivales de la zona de abajo y el descenso cada vez es más real», afirma Sergio Fabra.

Por su parte, Quique Tébar, presidente de la Asociación Herculanos, también se felicitaba por la marcha de Ramírez. «Nos alegramos de que dé un paso atrás. Ya tocaba. No es el principal responsable de todos los problemas del Hércules pero sí de todo lo que ha pasado en los últimos dos meses», afirma Tévar, consciente de que Ramírez «se quiso cargar de una responsabilidad que no tuvo capacidad para gestionarla bien».

«No ha sido una persona querida por la afición. No se ganado el carisma y valoro de forma muy positiva que se vaya, pero se produce a muy pocos días del cierre del mercado de invierno y quizás llegue tarde», afirma el presidente de la Asociación Herculanos, que achaca al socio de Ortiz «que no haya sido capaz de involucrar a otros empresarios en el club».

Tébar se congratula además de que la unidad de la afición haya servido para hacer reaccionar a los directivos. «La marcha consiguió el resultado esperado pese a la respuesta discreta pero digna de la afición», afirma.

Lo que pide el representante de Asociación Herculanos es que Enrique Ortiz ponga precio a su salida «para que puedan entrar posibles inversores que nos consta que los hay». «Hay gente que quiere venir y para eso la directiva tiene que poner precio y marcharse ya», señala.

En cuanto a la situación deportiva tiene claro que el equipo dio «un paso de gigante» a Tercera». «Los que se han ido son mejores que los que han venido», sentenció Tébar.

Luis Mascaraque, presidente de la peña Hérculanos Sin Fronteras, se mostró sorprendido aunque feliz por la marcha de Ramírez. «No lo esperaba tan de repente, pero esperaba que se hubiera ido Vicente Mir el mismo día», afirma el peñista, que se pregunta quién tomará ahoras las decisiones en el Hércules. «Ramírez nunca llegó a caer bien a la afición, no se le cogió cariño, ha hecho más cosas malas que buenas, su forma de gestionar ha sido nefasta y con el abonado se ha portado muy mal», se queja Mascaraque, que piensa que el detonante de su marcha fueron los cánticos que le dedicó la afición en el Rico Pérez.

Por su parte, Vicente Zaragoza, presidente de la Peña Herculana de Guardamar, se alegra también de la marcha de Ramírez aunque duda si se solucionarán los problemas. «Espero que se vaya también la propiedad del club para que cambien las cosas», afirma el peñista, que coincide en el que el equipo está «desmotivado» y que el futuro «pinta negro». «Espero que se arregle porque puede ser una tragedia».