Obligados a esperar para ver la mejor versión de Carlos de Lerma. La apuesta personal de Juan Carlos Ramírez -avalada por Vicente Mir- para equilibrar el centro del campo, de momento, ha durado 54 minutos. El futbolista sufrió un pinchazo en el gemelo durante el encuentro frente al Villarreal B y cedió su sitio en el terreno de juego a Pedro Torres. Tras someterse a un examen radiológico el lunes, ayer conoció el resultado de la exploración.

Las pruebas determinaron que el extremeño sufre una microrrotura de grado uno en el sóleo y el tiempo estimado para que cicatrice el tejido muscular afectado es de al menos tres semanas, a partir de las cuales, si nada se tuerce, volverá a entrenar, de manera gradual, al ritmo de sus compañeros.

Como mínimo, el mediocentro, de 35 años, se perderá los tres próximos encuentros de Liga del Hércules, los que le medirán con el Levante B, en el Rico Pérez, y con Sabadell y Orihuela, consecutivamente, a domicilio. Podría reaparecer ante el Llagostera, ya en Alicante, siempre que se acoten al máximos los plazos de curación y de ingreso a la rutina del grupo.

Una vez a las órdenes de Vicente Mir, algo que ocurrió el 8 de enero, el mediocentro, recién llegado del Móstoles, de la Tercera madrileña, entró en la convocatoria para el enfrentamiento con el Prat. Entró en el campo en el minuto 64 para suplir a Diego Benito. Seis días después, el técnico le dio la titularidad en la ciudad deportiva del Villarreal y allí permaneció sobre el césped 27 minutos.

Uno de los males que ensombrecen los mercados invernales es el riesgo de lesiones que estás obligado a asumir cuando contratas a futbolistas sin equipo, sin ritmo de competición o de inferior categoría. Compensan a nivel económico -porque el valor de las operaciones es muy asumible por su bajo coste-, pero te expones a que la musculatura del deportista se resienta debido al incremento obligatorio de las cargas de trabajo para poder ponerse al nivel de los demás.

La urgencia que estrangula al Hércules no deja margen de adaptación, así que De Lerma tendrá que bordar su puesta a punto si quiere demostrar los motivos que justificaron su contratación. A la ausencia segura del extremeño este domingo, hay que sumar las bajas de Rulo (que firmará su rescisión en unas horas) y Nani. El primero es definitivamente el elegido para dejar su ficha a Raúl Ruiz, que si nada falla será titular contra el cuadro que dirige Luis Tevenet. La decisión deportiva, que se hará oficial en breve, obligaría al entrenador del Hércules a inventarse un lateral zurdo ya que Nani deberá cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas amarillas.

Teo podría repetir como titular en el flanco contrario al que ocupó en la última jornada de Liga o, tal vez, se apueste por Íñiguez en ese emplazamiento zurdo dejando el centro de la defensa para Perone y Álvaro, que arrastra molestias. Se da la circunstancia de que ambos centrales están a una amonestación de quedarse una semana en la grada castigados por el comité de competición. Tanto el brasileño (que las arrastra de su estancia en Tarragona) como el valenciano acumulan cuatro amarillas, las mismas que tienen en su estadística de sanciones Jona, Olmedo y Diego Benito.

El Hércules no se puede permitir más tropiezos en casa, al menos a corto plazo, si quiere no hundirse en la clasificación y asomarse al abismo de la Tercera División, de ahí la relevancia de contar con el máximo número de efectivos disponibles para que el técnico pueda encontrar un sistema de juego que le permita dar con el once de garantías que todavía se le resiste a Vicente Mir.