Al Hércules le ha costado encontrar central y el equipo lleva casi tres meses sin relevo natural del lesionado Samuel Llorca. Desde hace una semana redondeó el nombre del brasileño Bruno Perone, al que metería dentro de la «operación Miranda», pero lo cierto es que el club blanquiazul afronta su tercer partido de 2020 y el nuevo central todavía no ha entrenado con el grupo. Tampoco lo hizo ya ayer el centrocampista Fran Miranda, que se despidió del vestuario rumbo a Tarragona, donde espera hoy entrenar a las órdenes de Toni Seligrat.

Del mismo modo y tras un espera demasiado tensa, Perone debe estar esta mañana en el Rico Pérez para ponerse cuanto antes a disposición de un Vicente Mir que lo quiere utilizar de inicio este mismo sábado (17.30 horas) en casa del Villarreal B ante el desastre defensivo en el que está sumido el equipo.

El Hércules lleva 29 goles en contra en 20 jornadas y Mir no sabe cómo atajar la sangría de goles recibidos. Para el partido del Villareal B tampoco podrá contar con Felipe Alfonso, enredado en otra lesión muscular, la misma que le apartó del partido ante el Prat, y será Álvaro Pérez quien vuelva a ocupar la posición de lateral derecho.

El club se aferra a Perone (32 años) pese a que el futbolista no atraviesa el mejor momento de forma. Sin embargo, el brasileño ha disputado 15 encuentros en la primera vuelta con el Nàstic. Ha sido Seligrat quien ha decidido poner punto final al periplo del zaguero en Tarragona, donde recaló el pasado verano, procedente del Extremadura de Segunda División.

Su llegada a Alicante se ha alargado en los últimos días por cuestiones burocráticas pero la operación ya había nacido con complicaciones porque en un primer momento el elegido por el Hércules para el intercambio con el Nàstic por Miranda era el centrocampista argentino Damián Petcoff. Finalmente, este último rechazó recalar en Alicante, algo que también sopesó Perone, que finalmente ha terminado aceptando la propuesta del conjunto alicantino.

«La broma» de De Lerma

El centrocampista del Hércules, Carlos de Lerma, afirmó ayer, durante su presentación oficial, que llega al equipo con la intención de aportar experiencia, ilusión y pasión para superar la crítica situación en la que se encuentra el conjunto alicantino. De Lerma dijo que llega al Hércules dispuesto a aportar al grupo «desde donde sea, desde el verde o desde la grada» y desveló que tras recibir la oferta del Hércules llegó a pensar que era «una broma». «Tuve la suerte de que una institución como esta se fijó en mí y creo que estoy preparado para competir. He tenido la suerte y la fortuna de caer aquí», añadió.

El jugador extremeño afirmó que la experiencia negativa de haber sufrido otros descensos le va a servir para afrontar la actual situación que vive el Hércules. «Hay que tener claro qué errores no hay que cometer. Este grupo es profesional y quiere. Tiene un bloqueo, pero es salvable», destacó De Lerma, quien pidió «centrarse en las cosas que hacemos bien y que nos unen con la afición». «Hay que olvidar la tensión y hacerlo bien, que es algo que ya hemos hecho todos en otros equipos antes», concluyó De Lerma, que volverá a jugar este sábado en Villarreal.