Seis meses menos siete días, prácticamente medio año. De un estadio abarrotado, 27.000 butacas llenas y varias escaleras llenas, al solar más absoluto. Mil personas siendo generoso. El Rico Pérez cerró el 2019 vacío, con el equipo herido y la afición hastiada de malas decisiones en los despachos y el consiguiente desplome en el terreno de juego.
El 23 de junio el estadio se volvió a llenar ocho años después para presenciar el partido de ida de la final por el ascenso ante la Ponferradina. El pasado 17 de diciembre el Rico Pérez acogió la entrada más fría en 15 años, apenas un millar de aficionados en el partido de Copa del Rey ante el Recreativo.
Entre medio, una honda decepción con la eliminación a manos de la Ponferradina y un desastre generalizado en lo que va de 19-20, en la que ya han desfilado cuatro entrenadores distintos y en la que el equipo sigue instalado en los puestos de descenso directo a Tercera División.
Esa caída en picado deportivamente hablando ha mermado muy mucho la presencia de aficionados en el Rico Pérez, pese a que el pasado verano el club alcanzó el máximo de abonados (unos 7.000) en esta etapa en Segunda División B. De nada valió. El triste inicio de una temporada, que llega el próximo fin de semana al ecuador, ha vaciado el estadio. En esta primera vuelta el Rico Pérez ha promediado unos 5.400 espectadores, dos mil menos que en la temporada pasada a estas alturas.
Récord negativo
Entre tanta debacle y al día siguiente de que Juan Carlos Ramírez y Vicente Mir desembarcaran en el club tras el adiós de Portillo, el Hércules comunicó que los socios deberían pagar para el partido de Copa del Rey ante el Recreativo. La afición se movilizó pero no obtuvo réplica del club. En ese fin de semana se consumó el caos con la derrota en casa ante el Badalona y los seguidores blanquaizules dijeron «basta». Unos quinientos aficionados despidieron en la puerta cero con abucheos a plantilla, cuerpo técnico y directiva. La masa herculana se movió en redes sociales e hizo circular el mensaje de no ir al encuentro para mostrar su disconformidad con la decisión de Ramírez de hacer pagar al abonado. El lunes por la noche, a menos de 24 horas para el partido de Copa, el club cedió y avisó de que abriría las puertas a los aficionados porque sólo había vendido un centenar de entradas.
No obstante, la medida tampoco tuvo demasiada respuesta y el partido ante el Recreativo dejó una estampa gélida. Apenas un millar de aficionados, pese a que el club aseguró que la cifra era de 1.700 espectadores.
Sea como fuere, fue la peor cifra en 15 años, desde que 1.146 personas presenciaran el Hércules-Sabadell de la 03-04. El partido, correspondiente a la jornada 34 y con el equipo ya sin nada en juego, fue fijado en viernes y el Rico Pérez quedó prácticamente desierto. A esa Liga todavía le quedaban dos encuentros en Alicante: 1.294 espectadores contra el Mallorca B y 400 en la última jornada ante el Palamós, récord negativo en el siglo XXI.
Los últimos partidos de la promoción de ascenso, cuando se disputaba en fase de grupos y ya no había nada en juego, también quedaron en familia. 635 y 800 personas ante el Universidad de Las Palmas y el Barakaldo en 2000 y 2002.
El Hércules-Ejea, sábado 4 de enero, a las 17.30 horas
El Hércules retomará la competición el próximo sábado, 4 de enero, a las 17.30 horas contra el Ejea. De esta manera cerrará el club blanquiazul la desastrosa primera vuelta. El del Ejea será el primero de los dos partidos que los de Mir jugarán consecutivamente en el Rico Pérez, ya que la semana siguiente visitará Alicant el Prat, en el primer partido de la segunda vuelta.
