Mucho ha cambiado el panorama de Moha Ezzarfani, el extremo marroquí que pasó por el Hércules en la abrupta temporada 17-18. En su segunda campaña en el filial del Espanyol el futbolista atraviesa en la actualidad su momento más dulce.

La pasada semana, con 22 años recién cumplidos, Moha debutó con el primer equipo perico, en un partido de Europa League, ante el histórico Ferencvaros húngaro. Fue la primera aparición del marroquí en la élite tras varios años trabajando en silencio en busca de una oportunidad.

Por si fuera poco, Moha, que ya fue el máximo goleador del Espanyol B la pasada temporada (hizo ocho dianas), está segundo clasificado en la tabla de goleadores del grupo III. El extremo lleva seis tantos, sólo uno menos que el líder de la tabla, el ariete Ernest Forgàs del Andorra. El Espanyol B, en una situación diametralmente diferente al primer equipo, lleva cuatro jornadas seguidas ganando y se asoma con firmeza a los puestos de ascenso a Segunda.

Moha recaló en Alicante en el verano de 2017, cedido del Barça, en una operación en la que también recaló en el Hércules el defensa central Adrià Vilanova. Ambos fueron presentados el mismo día, pero su trayectoria en el Rico Pérez fue bien diferente. El zaguero apenas jugó dos partidos (y marcó un gol), pero el extremo marroquí fue lo más salvable en una, otra, temporada más para el olvido. Frenado en la primera vuelta por una lesión de rodilla, en la segunda despuntó e hizo cinco goles en una temporada en la que el Hércules tuvo tres entrenadores. Fue el serbio Josip Visnjic el que más confianza le dio y con él fue titular en las últimas diez jornadas.

El futbolista, que sigue siendo sub'23, se desvinculó del Barça ese mismo verano pese a haber jugado algún partido amistoso con el filial culé y recaló en el segundo equipo del Espanyol, que le prometió continuidad y entrenar con los mayores. La pasada temporada brilló a las órdenes de David Gallego y el Espanyol B se quedó a las puertas del «play-off». Ahora con José Aurelio Gay en el banquillo perico, el marroquí ha confirmado su gran proyección y mañana (12 horas) espera en la Ciudad Deportiva de Sant Adriá de Besòs a un Hércules herido, que llega todavía en peores circunstancias que el que le tocó vivir.