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Benito: «Noto en la espalda la presión de la ciudad, sé el escudo que llevo y no pueden pintarnos la cara más»

El madrileño es un chico corriente, cercano, habla claro y le duele el club como si fuese suyo

Benito, ayer en el Rico Pérez. Rafa Arjones.

No es de la casa, pero como si lo fuera. Diego Benito (Madrid, 1988) es uno de los pesos pesados del vestuario de este Hércules lleno de rasgones. Elegido este verano como uno de los capitanes, el mediocentro es autocrítico, ha conocido las dos caras del club en apenas tres meses y mira al futuro con esperanza, sabedor de dónde está y qué representa el escudo del Negre Lloma. Benito propone trabajo y mirar poco la clasificación hasta que la tabla refleje algo de decencia.

P ¡Qué largas se hacen las semanas estando como están...!

R Desde luego, estamos con ganas de que llegue ya el domingo y poder competir de nuevo. Hay que intentar seguir con las sensaciones que dejamos ante el Olot.

P También se refería a ello el míster, se aferran a esa sensación de competitividad.

R Es que cuando un equipo está tan abajo y hace un partido completo como el que hicimos, te recupera mucho anímicamente.

P Vaya 2019 de altibajos lleva.

R Sí... Para siempre será el año en el que nació mi hijo. La primera parte del año futbolístico fue muy bonita, esta segunda parte la hemos empezado mal pero tenemos tiempo para corregir cosas y así el año que viene será mucho mejor.

P Su trascendencia en el equipo también ha variado: el curso pasado fue indiscutible y en éste le cuesta serlo.

R Para mí el pasado fue increíble. Venía de no jugar mucho en mi equipo anterior y Planagumà me dio una confianza con la que encontré mi mejor fútbol. En éste ha costado asimilar el no ascenso y no ha sido fácil pasar página.

P ¿Qué siente cuando mira la clasificación?

R Pues intento mirarla poco porque puede deprimir. Somos profesionales, tenemos que estar cuando te dan la palmadita en la espalda y cuando te critican. Pero bueno, la miro poco, pero sabiendo que estamos abajo y que hay que hacer las cosas bien para salir.

P Los jugadores han asumido su culpa y hasta llegaron a decir que habían tocado fondo. ¿Qué ve usted cuando entra al vestuario?

R Hubo un par de semanas con mucha preocupación, anímicamente estábamos bastante bajos, pero creo que nos ha venido bien esta semana. Hemos arrimado el hombro y esperamos seguir con las buenas sensaciones de la pasada semana.

P ¿Qué receta hay para levantar esta situación tan dramática?

R El trabajo diario y sobre todo hacer autocrítica. Hay que aceptar que a veces haces mal las cosas y saber que tienes que cambiar para mejorar. No vale atascarse en que haces mal las cosas y escudarse en ello. Sabemos que lo hemos hecho mal y que ninguno estamos a nuestro nivel, a partir de ahí vamos a mejorar.

P ¿Pesa mucho verse semana tras semana en puestos de descenso a Tercera División?

R No sé si pesa, a mí no, pero sí que tengo sobre la espalda la presión de una ciudad entera, sé el escudo que llevo y que cuando vienen mal dadas hay que apretar. Esta ciudad aprieta al jugador porque el club debe estar en lo más alto.

P A veces se olvida que los futbolistas también son personas, que salen a la calle y tienen que hacer la compra...

R Sinceramente el año pasado daba gusto salir a la calle, éste me siento un poco avergonzado por la situación, no porque la gente me meta presión. No es fácil, en el vestuario hay mucha gente que queremos quedarnos aquí muchos años y otros que quieren jugar en categorías más altas. Todos queremos lo mejor para el equipo porque cuanto más arriba esté el Hércules, mejor nos irá a todos.

P El reto más cercano será dejar al equipo fuera del peligro antes de Navidad.

R Sí, sería fantástico. Debemos pensar en el Espanyol B, que es lo más cercano, y no pensar demasiado a la larga.

P ¿Le dolió la marcha de Planagumà?

R Sí porque tenía muy buena relación con él. En mi peor momento confió en mí y siempre le estaré agradecido. Pero sabemos que el fútbol es de esta forma y en el Hércules, como en todos los equipos, mandan los resultados y a veces se toman decisiones dolorosas.

P ¿Es partidario de dar un volantazo en la plantilla, cuerpo técnico o dirección deportiva, como se habla?

R Yo ahí no puedo entrar. No soy quien pone el dinero en el club ni quien está a los mandos, ahí hay gente profesional y creo que están capacitados para tomar decisiones. Ahí poco tengo que decir.

P ¿Supuso la derrota de La Nucía un punto de inflexión en la plantilla, algo así como «más bajo no se puede caer»?

R La verdad es que tuvimos impotencia, veníamos de una dinámica muy mala y en el minuto ocho tenemos una expulsión.Yo creo que esa roja fue injusta. Todo lo trabajado se nos fue al traste y fue complicado seguir. También creo que recibimos más palos de los que merecíamos... Aun así no podemos bajar los brazos porque llevamos un escudo histórico y debemos intentar que no nos pinten la cara en ningún campo. Seguramente sí fue un punto de inflexión porque el vestuario se ha unido y quiere cambiar la situación en la que estamos.

P ¿Qué duele más, el no ascenso a Segunda o esta dinámica que les ha llevado a estar en puestos de descenso a Tercera?

R Lo de Ponferrada escoció mucho, estuvimos tan cerca... Además, yo llevo dos años quedándome a las puertas, el año anterior no subí por un segundo y me dolió mucho. El año pasado también fue duro porque íbamos con muchas ganas y ya sabéis cómo fue... Pero esta situación actual duele mucho porque el año pasado había felicidad en el día a día, ahora las caras son más largas y es difícil llevar las semanas.

P ¿Qué mensaje le da a la afición?

R Siempre nos ha apoyado, siempre que la hemos necesitado ha estado ahí. Pese a la derrota en La Nucía vinieron al estadio y están preocupados por su equipo. Que sepan que la plantilla está comprometida y que quiere demostrar que es un buen equipo. Queremos sacar esto adelante y colocar al equipo donde se merece.

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