El Hércules no ganó, pero tampoco perdió ante el Olot y el club debe decidir ahora si Jesús Muñoz sigue como entrenador o bien hace las maletas. Una derrota hubiera supuesto el despido del técnico de Mota del Cuervo, pero al final los blanquiazules sumaron un punto insuficiente en un encuentro que pudieron ganar pero también perder. Lo que es innegable es que los jugadores están a años luz de su nivel, tienen la autoestima y la confianza por los suelos y el equipo da síntomas muy preocupantes. Costará mucho salir de abajo y será necesaria una remodelación de la plantilla en enero.

El Hércules recibió pitos desde la grada en la primera parte en un par de combinaciones largas del Olot, un rival que destaca por su juego combinativo, pero es endeble en las dos áreas. En el primer acto Benja dispuso de dos ocasiones muy claras para marcar. En la primera perdió el balón de vista cuando ya había superado al portero y le dio tiempo a este a recuperarlo. Y en la segunda eligió la peor opción al plantarse ante el meta y en su intento de recorte fracasó.

En el segundo acto, los blanquiazules llevaron algo más el peso del partido y las oportunidades más claras fueron para Olmedo y Carlos, sobre todo la de este último en el 90', cuando voleó sin oposición delante del portero pero fue incapaz de dirigir el balón entre los tres palos. El Olot dispuso de su mejor ocasión en el 59' con un cabezazo a quemarropa de Pedro que desbaratón Falcón con una extraordinaria mano.