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Álvaro Pérez, el comodín de mente fría, se vuelve indispensable

El canterano tragó mucha quina la temporada pasada, ya que Planagumà creía ciegamente en Samuel y Pablo Íñiguez como pareja de centrales

Álvaro Pérez protege el balón ante la presión del delantero Abel Ruiz, del Barcelona B. álex domínguez

Tras un duro año de aprendizaje y tragar quina, el alicantino Álvaro Pérez afronta ahora la oportunidad de su vida para ser profeta en su tierra y en su club: el Hércules. Formado en la cantera desde que era un niño, el central regresó a casa en verano de 2018 con la ilusión de ser protagonista pero pasó una temporada en el ostracismo pese a que todas las voces que tenía alrededor le insistían en que era injusto lo que sucedía.

El extécnico Lluís Planagumà confiaba ciegamente en el veterano Samuel Llorca como pareja de baile de Pablo Íñiguez en el eje de la zaga y fue fiel a su idea hasta el final. Álvaro (23 años) solo tuvo oportunidades aisladas como lateral derecho cuando Juanjo Nieto no estaba disponible y la renovación del técnico barcelonés este verano ponía seriamente en entredicho la continuidad del central, ya que era un secreto a voces que ambos no tenían «feeling».

De hecho, Álvaro fue de nuevo suplente en este inicio de curso en favor de Samuel, aunque es cierto que desde el banquillo tuvieron que echar mano de él para ocupar el lateral derecho por la pronta lesión de Felipe Alfonso, quien sólo ha podido disputar hasta el momento 35 minutos en el debut liguero ante El Prat. El pucelano fue operado el pasado martes de la hernia inguinal que supuestamente le provocaba las molestias en el pubis y en el plazo de un mes (los cálculos más optimistas) podría estar apto para competir de nuevo si desaparece el dolor.

El nuevo técnico Jesús Muñoz siguió apostando por Samuel cuando cogió las riendas del Hércules, pero tras la derrota en Andorra (2-1) tenía decidido dar la alternativa a Álvaro. Además, el veterano capitán se destrozó la rodilla derecha en un entrenamiento y las pruebas posteriores han confirmado que no volverá a jugar esta temporada.

Álvaro cumplió ante el Ebro, mantuvo a raya a su excompañero Emaná y ahora es pieza indispensable para Muñoz hasta que el Hércules decida traer refuerzos. «Tiene muy buenas condiciones, es agresivo y además su carácter es muy calmado, lo que le hace tomar casi siempre buenas decisiones por muy calientes que estén los partidos», valora Samuel de Álvaro Pérez.

El canterano pasó por todos los escalafones del fútbol base del Hércules hasta que fue reclutado por el Valencia en 2015. Se curtió en modestos de Segunda B como el Socuéllamos y el Guijuelo y en la temporada 17/18 desempeñó un rol protagonista en el Mestalla, con el que disputó 33 partidos. Entonces el Hércules decidió lanzarse a por su fichaje. Álvaro destaca por su agresividad y su buena salida de balón. También es rápido y por eso jugó muchos partidos como lateral derecho, aunque ahora parece que esa posición tiene como dueño otro canterano: Víctor Olmedo. El Hércules goleó (3-0) al Ebro con una de las defensas más jóvenes de su historia (media de 22 años), algo a lo que Muñoz resta importancia: «Si juegan es porque confío en ellos y me lo demuestran durante la semana. Cuando alguien está en una plantilla como la del Hércules debe estar preparado para jugar partidos de responsabilidad».

El conjunto blanquiazul visita mañana (18.00 horas) al Cornellà en uno de los campos más complicados del grupo debido a sus reducidas dimensiones y, sobre todo, al gastado césped artificial. Si los blanquiazules encadenan su segunda victoria podrán salir del descenso muchas semanas después y afrontarán con más confianza dos encuentros de altos vuelos ante «gallos» como el Lleida o el Castellón.

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