El Hércules está muerto y el nuevo entrenador Jesús Muñoz lo ha podido comprobar hoy desde el palco del Rico Pérez. El equipo blanquiazul, dirigido de manera interina por José Vegar, cayó con estrépito ante el recién ascendido Orihuela, que se apoyó en su líder Chechu Flores para asaltar el Rico Pérez y abandonar los puestos de descenso directo a Tercera.

Vegar llevó a cabo una revolución en el once, con seis novedades respecto al choque de Sabadell (Álvaro, Rulo, Miranda, Benito, Moha y Jona), pero el ímpetu inicial no valió para nada porque el lateral Rulo regaló un penalti, en el 18', al derribar a Badal cuando el central se alejaba del área y no tenía ni intención de rematar. El excapitán herculano Chechu Flores ejecutó la pena máxima y no lo celebró como había anunciado. El equipo alicantino reaccionó al golpe con orgullo y acumuló un par de ocasiones claras hasta que Samuel empató de cabeza en el 23' al rematar con potencia un buen servicio de Borja en una falta lateral. El partido se inclinó claramente del lado local y cuando más cerca estaba el 2-1 llegó el 1-2 en una acción surrealista. Borja golpeó mal el balón en un saque de esquina y Chechu Flores galopó en solitario, dejando retratado a Alejandro Alfaro, que ni siquiera le pudo alcanzar para agarrarle. El extremo cedió a Fondarella, quien llegaba solo por el otro costado y cruzó ante Falcón.

El Hércules lo intentó de todas las maneras, pero con poco ímpetu, evidenciando su bajo estado anímico frente a un Orihuela que únicamente se pertrechaba atrás y con eso le bastaba. Pitu liquidó el partido en un mano a mano con Falcón en el 85' y encendió aún más el Rico Pérez.