En medio del temporal, dos días de sol. Los que tiene el Hércules por delante, dos jornadas seguidas en el Rico Pérez para ahuyentar su peor inicio en Segunda División B, para no recordar fantasmas demasiado recientes, para no volver a cambiar de entrenador, para no mirar esta vez al palco. Para recobrar una tranquilidad lejana después de un verano de calma tensa y muchas lesiones de futbolistas clave.
En ese lugar imaginario que es el refranero futbolístico, nada mejor que dos partidos en casa para subsanar descarrilamientos. Con las estadísticas en la mano, nada más peligroso que dos partidos en el Rico Pérez, un fortín de papel desde que el equipo cayó por última vez a Segunda División B en 2014.
Desde entonces, el Hércules ha disputado 109 partidos oficiales en su estadio y apenas ha ganado la mitad (concretamente, un 49,5%). Un registro extremadamente pobre que explica con claridad por qué el equipo continúa en la división de bronce tras cinco intentonas en balde. El pasado curso, con Planagumà al frente del equipo, el equipo encauzó los resultados de la decepcionante 17-18, pero no mejoró los ya preocupantes datos de los tres cursos anteriores.
En este peregrinaje por el desierto el conjunto blanquiazul ha perdido en casa más puntos de los que ha amarrado. De esos 109 encuentros (entre Liga, Copa y «play-off) ha ganado 54, ha empatado 31 y ha perdido 24. Más traspiés que victorias. Y el debut en casa en esta temporada no fue el esperado.
Ahora, con Alejandro Alfaro, Benja y Carlos Martínez ya recuperados, el Hércules buscará coger aire en los dos partidos seguidos en el Rico Pérez y huir así de unos puestos impropios de descenso directo a Tercera.
El Hércules suma dos derrotas consecutivas en su feudo: el doloroso jarro de agua fría ante la Ponferradina, en la ida de la final por el ascenso a Segunda, y la de hace dos semanas, ante el Villarreal B. Esa racha la ha tenido en varios ocasiones en esta etapa en Segunda B pero nunca llegó a una tercera. De hecho, la última vez que enlazó tres derrotas en casa fue en la 13-14, cuando dio con sus huesos en la división de bronce. El último precedente en Segunda B, en la 03-04.
El Sabadell de Adri Cuevas será el rival del Hércules este domingo y el Orihuela de Chechu Flores, la próxima semana, fecha que el club espera rebasar inmerso en la más absoluta normalidad. El mensaje continúa igual de ambicioso de puertas afuera, aunque salvar los dos partidos en el Rico Pérez con cuatro puntos casi se da por bueno. Siempre y cuando la victoria sea este domingo; lo contrario alborotaría la calma tensa que vive el club.
Planagumà recupera efectivos
La plantilla no está disponible al completo, pero casi. Desde que comenzara la pretemporada, Planagumà no ha podido tener a todos los integrantes aptos, pero poco a poco va recuperando efectivos. El vestuario desliza que no son excusas, pero la gente llamada a ser capital del centro del campo en adelante apenas tuvo ritmo en pretemporada y ha sido integrada con calzador en estas primeras jornadas.
Para la crucial visita del Sabadell el Hércules podrá contar con Carlos Martínez, máximo goleador del equipo el curso pasado con 13 tantos. El futbolista todavía no ha debutado en Liga porque sufrió una contusión ante el UCAM en el Ciudad de Alicante que le supuso una fisura en las costillas. Al ariete catalán, que no estará para disputar los 90 minutos, le acompañará Alejandro Alfaro, que jugó sus primeros minutos el pasado sábado en Buñol, ante el Atlético Levante.
Quien no llegará a tiempo será el lateral derecho Felipe Alfonso, que todavía no ha superado sus molestias en el pubis. Todo hace indicar que será nuevamente Álvaro Pérez su sustituto.
