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Ningún equipo del grupo III con un punto de nueve acabó primero la Liga

El Hércules, con un empate y dos derrotas, se complica el objetivo de Planagumà de ser campeón de la fase regular como vía rápida hacia el ascenso - En los últimos 24 años en toda la Segunda B, solo el Granada terminó líder tras un inicio tan flojo

Ningún equipo del grupo III con un punto de nueve acabó primero la Liga

La estadística también juega en contra del Hércules en este decepcionante inicio de temporada, en el que el equipo alicantino abre los puestos de descenso a Tercera al sumar solo un punto de los nueve en juego en las tres primeras jornadas. Desde que en la temporada 1995-96 entró en vigor el sistema de tres puntos por victoria, ningún equipo del grupo III de Segunda B que empezó la Liga con un punto de nueve posibles acabó primero la fase regular, el camino más corto para volver al fútbol profesional con la disputa de una sola eliminatoria por el ascenso.

Después de la decepcionante derrota del pasado curso en el cruce final ante la Ponferradina, que aún escuece en el Rico Pérez, el Hércules se ha conjurado este año para intentar acabar la Liga regular de 38 partidos como campeón del grupo III. Así lo recalcó el entrenador Lluís Planagumà tras la primera jornada con el insuficiente empate en El Prat (1-1) -«Queremos ser primeros y hacer historia»- y el 17 de agosto después de la presentación del equipo ante el UCAM Murcia (0-0) -«El objetivo es intentar ser campeones de grupo y luego ganar la final»-.

Aunque las sensaciones y la imagen del equipo sean mejores que los resultados, la realidad es tozuda y el Hércules ha dejado escapar ya ocho puntos, los mismos que le distancian del líder Villarreal B, que se llevó la victoria del Rico Pérez (1-2) en la segunda jornada tras una calamitosa segunda parte de los blanquiazules, que pudieron sentenciar no obstante en el primer tiempo.

De modo que Planagumà y sus hombres tienen ante sí en las próximas 35 jornadas el difícil doble reto de hacer historia y ser campeones de grupo por primera vez en 17 años y de acabar con la fatídica estadística de los últimos 24 años en el grupo III, en los que ningún equipo acabó primero con tan pobre inicio.

En esta serie histórica que arranca en 1995-96, y en global de los 80 equipos de Segunda B, tan solo el Granada de la temporada 1999-2000 fue campeón del grupo IV tras arrancar con un punto de nueve, lo que supone un caso de 96 posibles (1,05%) en casi un cuarto de siglo. Sin embargo, la «maldición» del mal inicio acompañó al conjunto nazarí, que no subió a Segunda División al final de esa temporada.

De hecho, solo tres equipos lograron el ascenso al fútbol profesional con este pobre arranque: el Atlético B (1995-96), el Ferrol (2006-07) y el Barcelona B (2009-10). Se da la circunstancia de que en ese filial azulgrana que entrenaba el ex seleccionador Luis Enrique Martínez jugaba el actual delantero centro del Hércules, Benja Martínez, que anotó entonces cinco goles, uno más de los que lleva como blanquiazul desde enero pasado. Por su parte, el Ferrol ascendió tres años antes en la eliminatoria final frente al Alicante de Álvaro Cervera.

Lógicamente, las posibilidades de entrar en la promoción de ascenso con un punto de nueve son superiores y desde la temporada 95-96 lo han conseguido 16 equipos de 384 posibles en los cuatro grupos de la categoría de bronce, lo que supone un 4,2%.

Los equipos que acabaron entre el segundo y el cuarto pese a su mal inicio fueron: Villarreal B -el curso pasado-, Alcoyano (2012-13 y 2006-07), Barcelona B, Figueres, Ferrol, Atlético B, Real Unión de Irún, Lorca, Burgos, Zaragoza B, Cultural Leonesa, Murcia, Lucena y Granada.

Con el margen de error cada vez más estrecho, el Hércules vuelve hoy a los entrenamientos para preparar los dos próximos partidos en casa ante el Sabadell y Orihuela, en los que Planagumà se puede jugar el puesto. Al menos lo hará con más garantías al haber recuperado ya de sus lesiones al fichaje estrella Alejandro Alfaro y al delantero Carlos Martínez.

Este mal inicio de curso también ha enfriado, aún más, las relaciones entre el entrenador barcelonés y el director deportivo Javier Portillo. El distanciamiento comenzó a fraguarse a finales de la temporada pasada, sobre todo cuando Planagumà amagó con su adiós tras la derrota de Ponferrada, y se ha agudizado en el arranque de esta temporada con la política de altas y bajas en la plantilla, el papel del delantero Jona en el equipo y hasta la decisión del técnico de alinear un trivote en el centro del campo -Diego Benito, Yeray y Miranda o Alvarado-, cuestionada por el director deportivo.

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