El segundo proyecto de Javier Portillo y Lluís Planagumà ha nacido viciado. Sólo han transcurrido tres jornadas y las primeras dudas ya florecen en el césped del Rico Pérez y en los despachos. El Hércules ha sumado un punto de nueve, cierra la jornada en puestos de descenso a Tercera y firma el peor arranque de Liga en sus 17 temporadas en Segunda B. Ahí es nada. Además, la relación entre el director deportivo y el entrenador es cada vez más fría. Ya lo era al final del curso pasado pese a que el ascenso estaba en juego y su renovación se llevó a cabo por la insistencia de los dirigentes Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez.
Planagumà, sabedor de que no podía dejar de transmitir ilusión y ambición en el nuevo proyecto, puso el listón muy alto, apuntó al liderato pero el curso comenzó con un empate (1-1) muy amargo en el campo del recién ascendido Prat, ya que los blanquiazules se adelantaron gracias a un cabezazo de Benja pero se dejaron igualar después en una mala salida de Falcón en una falta lateral. En la segunda jornada, el Hércules sufrió, ante el Villarreal B, su primera derrota (1-2) en un partido que tuvo en la mano, ya que se adelantó gracias a Yeray y coleccionó después ocasiones suficientes para sentenciar. Pero un penalti en una acción aislada metió al filial en el partido y desintegró al cuadro de Planagumà, que rozó el desastre en el segundo acto y lo pagó con la derrota.
En los planes del técnico y los jugadores no entraba ni por asomo perder también en la visita a un Levante Atlético que aún no había puntuado. Pero el Hércules se vio superado por completo por el filial en el tramo inicial del choque y después fue incapaz de materializar alguna de las muchas ocasiones que tuvo en la segunda parte. Planagumà lamentó el sábado la falta de puntería en el área rival y destacó la reacción del equipo y las numerosas ocasiones generadas. Pero ese discurso ya no lo compra Portillo, visiblemente irritado por el inicio de temporada. Ya son ocho los puntos de ventaja que tiene el Villarreal B y las urgencias llegan demasiado pronto.
Uno de los puntos calientes y de discordia entre el entrenador y el director deportivo afecta directamente a la pizarra. Planagumà alineó un «trivote» ( Alvarado, Diego Benito y Yeray) frente al Villarreal B y repitió con tres mediocentros de inicio frente al Levante Atlético ( Miranda, Benito y Yeray). Portillo considera que este sistema, a priori conservador, no encaja con la confección de la plantilla y el técnico asegura que no es un planteamiento defensivo y, sobre todo, que no ha podido utilizar a los dos mediapuntas natos que tiene en la plantilla: Carlos Martínez y Alejandro Alfaro. El primero sigue fuera de combate por la fractura de una costilla y el segundo debutó el sábado tras el descanso una vez superada su lesión de tobillo.
Planagumà a buen seguro que no repite este sistema en los dos partidos consecutivos que el Hércules disputa en el Rico Pérez (ante el Sabadell y el Orihuela) y en los que hay mucho en juego, demasiado para estar todavía en septiembre.
El técnico se mostró el sábado preocupado por haber sumado sólo un punto en tres partidos, pero está convencido de que el equipo levantará el vuelo más pronto que tarde porque la plantilla se ha potenciado respecto al curso pasado pese a que no se cumplieran todos sus deseos, como buscarle una salida a Jona o abrirle la puerta a Carlos Martínez, que pidió marcharse.
