No hay paz en el Rico Pérez. Los dos goles de bandera de Isi que condenaron al Hércules a seguir en Segunda B allá por Hogueras siguen clavados en el corazón de todos los herculanos y ayer el Villarreal B reabrió una vieja herida. El filial amarillo volvió a asaltar el feudo blanquiazul con su descaro en una segunda parte que además pudo acabar con un marcador de escándalo de no ser por la inspiración de Falcón. Y lo peor de todo es que el Hércules tuvo el partido controlado y la victoria en la mano.
Planagumà sorprendió de inicio con el canterano Víctor Olmedo como lateral derecho en un día de extraordinaria exigencia, ya que el estadounidense Mukwelle Akele posee una velocidad endiablada y le hizo pasar una mala tarde, sobre todo tras ganarle la espalda y marcar el 1-2. El técnico barcelonés también aprovechó la ausencia de los lesiones Carlos Martínez y Alejandro Alfaro para poner un trivote (Alvarado, Yeray y Benito) que aportó músculo pero no mejor salida de balón. Y eso es preocupante.
La puesta en escena del Hércules en el Rico Pérez en esta nueva temporada fue impetuosa y en el primer acto pudo sentenciar el duelo. Con Borja muy activo en la banda izquierda y protagonista a de balón parado, los blanquiazules encontraron el premio a su asedio en el minuto 33 con una acción afortunada, ya que el rechace de un central en una falta lateral se envenenó de tal manera que le cayó a Yeray delante del portero y con el balón botando. El pivote tinerfeño sólo tuvo que cruzarlo para marcar el 1-0.
El gol activó a la grada y Jona tuvo poco después el 2-0 en una ocasión inmejorable, ya que Jesús Alfaro maniobró para dejarle el cuero delante del portero. El «9», mirado con lupa y gafado, no remató entre los tres palos para desesperación de todos los presentes.
El partido estaba bajo control pero una acción desafortunada de Nani cambió la ecuación y lo complicó todo. El lateral no escondió la mano en un centro lateral y el colegiado castigó la acción con penalti a instancias de su auxiliar. El desenlace de la pena máxima fue muy cruel con el Hércules, ya que el delantero Eduardo envió el balón al palo con tanta fortuna que el rechace le fue a parar directamente a las botas del mediocentro Sergio, que sólo tuvo que dirigirlo a la portería para empatar (1-1) y congelar un Rico Pérez que celebraba con júbilo el error en la ejecución. Justo antes del descanso, Borja exigió al meta rival con un ajustado disparo de falta que iba pegado al palo, pero se topó con el guante de Diego Licinio.
La superioridad blanquiazul en la primera parte invitaba al optimismo pero el Villarreal B se sacudió los miedos, se apoderó del balón y empezó a merodear el área de Falcón desde los primeros minutos del segundo acto. En el 55', Olmedo se cruzó providencialmente para desbaratar el disparo a quemarropa de Gregorio dentro del área pequeña y poco después llegó la mejor ocasión para el Hércules. Jesús Alfaro avanzó metros por la banda derecha, puso el balón raso en el corazón del área y llegó finalmente en posición inmejorable para Yeray, quien remató con la zurda pero se topó con la rápida reacción de Licinio, que desvió a saque de esquina providencialmente.
Cambio contraproducente
Cambio contraproducente
A falta de media hora, Planagumà deshizo el trivote dando entrada a Benja por Yeray en busca de dos referencias ofensivas y un planteamiento más ambicioso ya que el punto era insuficiente. Pero el efecto fue el contrario, el Hércules se partió aún más, Alvarado se quedó en el campo limitado al arrastrar ya una amarillas y el Villarreal seguía dominando el balón con claridad y llegando a la meta de Falcón con una facilidad pasmosa.
El partido se le hizo largo al canterano Olmedo en su debut como titular en el Rico Pérez. Correcto con el balón, sufrió mucho en defensa y en una acción en la que el veloz Mukwelle le ganó la espalda llegó el 1-2 en el 67'. El extremo «bailó» al lateral alicantino y fusiló a Falcón con un disparo alto desde cerca. Este gol terminó de descoser a un Hércules fundido, superado físicamente por un filial jovencísimo que con el paso de los minutos ganaba en confianza y se atrevía a más cosas. El partido se abrió definitivamente, el conjunto de Planagumà se partió y a los de arriba no les llegaba ni un balón en condiciones, ya que Diego Benito y Alvarado no aportaba pausa ni una salida limpia.
En esta guerra de guerrillas los blanquiazules tenían todas las de perder porque estaban descompuestos y sin fuerzas. Planagumà trató de revitalizar el ataque con la entrada del potente Moha Traoré, pero apenas desequilibró por la banda derecha, ni tampoco lo hizo Rulo en su debut como blanquiazul como extremo por delante de Nani.
Falcón realizó en los minutos finales tres paradas de mucho mérito que evitaron que la bofetada fuera aún más sonora y el Hércules trató de morir en el área del filial sin apenas conseguirlo porque no quedaban fuerzas ni ideas.
El cuadro de Planagumà se ha dejado ya en el camino cinco de los seis puntos disputados y, aunque queda un mundo, debe reconducir la nave el sábado con un triunfo en su visita al filial del Levante, dirigido por Tevenet. Alejandro Alfaro probablemente pueda debutar, Benja podrá jugar ya de inicio y se esperan cambios para recuperar la solidez perdida. Sin ella el Hércules no irá a ningún lado. Ya conoce la lección de la temporada pasada.
Recuerdo a los abonados fallecidos, a la hija de Luis Enrique y a José Enrique Garrigós
Recuerdo a los abonados fallecidos, a la hija de Luis Enrique y a José Enrique GarrigósEl Hércules decretó un minuto de silencio en el primer partido de la temporada 19/20 en memoria de los abonados fallecidos, de la hija del exseleccionador nacional Luis Enrique y del empresario José Enrique Garrigós. El ambiente en el Rico Pérez fue más frío de lo habitual, con apenas 6.000 espectadores cuando hay casi 7.000 abonados, y el terreno de juego presentó mejor aspecto de lo esperado tras la resiembra. Fuera de la convocatoria de Planagumà se quedaron los lesionados Felipe Alfonso, Carlos Martínez y Alejandro Alfaro, así como el joven central Teo Quintero.
