Punto final del trayecto. Juli (Alcoy, 1981) se apeó - le apearon más bien- ayer del Hércules tras un verano largo, en el que ha tenido que convivir con el ostracismo y pendiente de una negociación que ha llegado a su fin dos días antes del cierre del mercado. El pasado martes recibió una carta en la que el club le sugería que no fuera a entrenar, él insinuó que por qué no iba a hacerlo y las negociaciones se aceleraron tras varios días en punto muerto. El futbolista cobrará lo que firmó hace dos veranos, cuando fue el fichaje de más renombre de la temporada, y ahora buscará contra reloj un equipo en el que estirar aún más su exitosa carrera futbolística.

Vaya verano más atípico el que ha pasado.

Yo no he vivido nada igual en 19 años de profesional, ésta ha sido la primera vez que me ha ocurrido y no se lo deseo a nadie. Ha sido una situación nueva y la he llevado bastante bien, pero la procesión va por dentro.

Al final cobrará lo que firmó, algo totalmente lícito, evidentemente.

Ha sido una negociación increíble, pero yo he peleado lo que firmé, lo que creía que era de mi familia. Nada más.

¿Cómo ha llevado este mes sabiendo que no contaban con usted?

Ha sido complicado entrenar, es la verdad, pero gracias a los compañeros lo he sabido llevar. El grupo me lo ha puesto muy fácil y ha sido más llevadero de lo que pensaba. No pude matar el gusanillo de jugar, pero me puse en forma.

¿Se va dolido con Portillo o Planagumà?

Soy una persona que no guarda rencores ni prepara represalias, hago borrón y cuenta nueva. Si alguna vez me los encuentro, le daré la mano. Estoy agradecido al club, ha dado de comer a mi familia. El año pasado fue complicado, pero en general tengo recuerdos muy buenos.

Ha mantenido esa elegancia y prudencia en las declaraciones hasta en los momentos más delicados.

Al final las cosas pueden salir mejor o peor, pero siempre hago gala de mi humildad, la llevo por bandera y no voy a cambiar con el paso de los años.

Sí que le quedará una espinita clavada de su paso por el Hércules.

Claro, la del ascenso. El club estuvo muchos años detrás de mí y cuando firmé lo hice para un proyecto de tres años, cuyo objetivo era subir. El año pasado estuvimos cerca y ojalá que este año se consiga por todos, pero sobre todo por la afición, que es la que más lo merece.

Usted jugó en todos los equipos punteros de la provincia... ¿Le ha decepcionado el Hércules por dentro?

Bueno, no sabría decirlo. Cada uno tiene su forma de trabajar, es cierto que lo mío se podría haber gestionado de otra manera, con más tiempo por delante.

A 30 de agosto la mayoría de equipos tiene cerrada la plantilla, ¿no?

Se me han cerrado muchas puertas a estas alturas, eso es evidente. Ya hay alguna categoría a la que seguramente no vuelva más.

¿Pero todavía queda Juli para rato?

Sí, claro. Estoy abierto a nuevos retos, yo me encuentro muy bien, quiero seguir aportando experiencia, trabajo y valores donde vaya.

Intercity, Alcoyano... ¿Puede ser alguno de esos equipos su destino?

Ya se verá, pero por ahí puede ir la cosa. Quiero jugar al menos un año más, no quiero despedirme del fútbol con el mal sabor de boca de este verano.

¿Se ha despedido de sus compañeros del Hércules?

Por supuesto, individualmente y en el grupo que tenemos de WhatsApp.

¿Los ve en Segunda el año que viene?

Son un gran grupo de personas, ya se lo he dicho a todos, ojalá sea el año.