Borja Martínez es una de las grandes esperanzas del Hércules para esta temporada. El club blanquiazul ha apostado con fuerza por el extremo firmándole tres años más otro por objetivos. El exjugador del Elche ya debutó en el amistoso del pasado sábado ante el UCAM demostrando buenas sensaciones y gran verticalidad. El nuevo jugador del Hércules afirmó ayer durante su presentación que fichar por el equipo alicantino no supone un paso atrás en su carrera tras haber jugado la pasada temporada en Segunda, sino un nuevo «reto». «Puede parecer un paso atrás, pero para mí venir al Hércules es un reto personal para intentar llevarlo a la categoría que mínimo merece», indicó el extremo alicantino, que abandonó el Elche tras comunicarle Pacheta que no contaba con él pese a haberle renovado recientemente el club por dos temporadas.
El jugador, formado en la cantera del Hércules, afirmó que le gusta la «presión» y desveló que tras no entrar en los planes del Elche tuvo claro que quería «volver a casa».
«No lo dudé un momento, aunque al final aparecieron ofertas de Segunda», desveló Borja Martínez, quien agradeció a Javier Portillo haber apostado por él y hacerle sentir «querido» desde el primer momento.
El extremo indicó que el objetivo no puede ser otro que el ascenso, pero matizó que alcanzar el éxito depende de «muchos factores» y, a su juicio, no debe ser «una obsesión, sino una ilusión».
«El Hércules como club tiene que tener los objetivos más ambiciosos, pero no se queda campeón ni en la primera jornada ni en la segunda», alertó el exjugador del Elche, que coincidió con las palabras de Planagumà del pasado sábado.
El alicantino afirmó que es un jugador «con más conceptos tácticos» que el que debutó con el primer equipo del Hércules en 2013. «Entonces era un chico de 18 años y algo alocado en lo futbolístico. Ahora conservo la esencia de jugador de banda con características ofensivas. He crecido», explicó ayer el nuevo jugador del Hércules.
Además, Borja aceptó con normalidad su salida del Elche «por motivos deportivos» y dijo que no cree que tenga que «callar bocas» con su fichaje por el Hércules. «Siempre me he portado como un caballero en los equipos que he estado, no salí del mal del Elche. Me dijeron que no contaban conmigo y ya está», señaló el futbolista.
Sobre su debut el pasado sábado en el Rico Pérez afirmó que fue especial «volver a pisar ese césped». «Agradezco el recibimiento que tuve de la afición, fui ovacionado nada más llegar y eso es muy importante para mí, tengo muchas ganas de que comience la Liga», concluyó.
Borja, de 25 años, regresa de esta manera al club en el que se formó y con el que llegó a debutar en el primer equipo en la temporada 12-13, en Segunda División y a las órdenes de Quique Hernández. En aquella campaña, en la que disputó seis partidos (todos saliendo desde el banquillo), compartió vestuario con Javier Portillo, hoy director deportivo del club.
Lluís Planagumà, actual técnico del Hércules, también coincidió con el extremo alicantino en el Espanyol B, en la temporada 15-16, en la categoría de bronce. Precisamente el filial perico fue el equipo donde recaló Borja tras esa fugaz aparición en el primer equipo del Hércules. Permaneció dos temporadas, con un paréntesis en la Cultural Leonesa, donde anotó cinco goles en la campaña 14-15.
En la 16-17 fichó por el Lorca y consiguió ascender a Segunda División, aunque no disfrutaría de la categoría porque firmó por el Ebro. En ese curso se enfrentó al Elche y al Hércules en Segunda División B y su buena campaña despertó el interés de los franjiverdes, que se hicieron con sus servicios antes de que terminara una Liga que les retornaría a Segunda. Pese a que le costó entrar en los planes de Pacheta, Borja se hizo con un hueco en las alineaciones y en su mejor momento hubo de ser intervenido en su rodilla izquierda.
