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El gol sigue sin aparecer

El Hércules se adjudica el Ciudad de Alicante en la tanda de penaltis contra el UCAM aunque suma su quinto empate a cero de la pretemporada

El debutante Borja Martínez encara a Hugo Álvarez, del UCAM, ayer en el Rico Pérez. José Navarro

Fin de las pruebas. El Hércules ya está a menos de siete días para regresar a la competición oficial. La pretemporada, nicho de ensayos y errores, toca a su fin con una preocupante y vieja compañera: la falta de gol. Ayer, ante el UCAM de Murcia, los blanquiazules sumaron su quinto empate a cero del verano y se llevaron el trofeo Ciudad de Alicante en la tanda de penaltis.

Planagumà puso en liza lo más parecido a un once de gala (todo lo que le han dejado las lesiones), con un trivote que no terminó de cuajar. Yeray y Alvarado ocuparon el doble pivote y Diego Benito repitió en la zona del «10», donde aparece poco y lejos de su zona de confort.

La entidad del rival no sirvió demasiado como reclamo y apenas 3.000 espectadores se dieron cita en el primer encuentro en el estadio tras el batacazo contra la Ponferradina. El Rico Pérez tardó en romper a aplaudir, lo hizo a los diez minutos, más por ganas que por méritos, tras una recuperación y una triangulación aseada. Jesús Alfaro fue el mayor reclamo de un primer tiempo lento (el estado del césped tampoco ayudó), con su nervio y desequilibrio habitual que ya lució en el «play-off».

Jona, de nuevo como única referencia en ataque, tuvo menos presencia que en otros amistosos aunque sí que dispuso de un par de ocasiones a las que no les supo dar buen fin. Falcón, con un par de intervenciones abajo, sí que levantó la primera gran ovación de la tarde, más aún cuando fue sustituido.

Vuelta al 4-4-2

Por entonces el equipo ya había sufrido algún que otro lavado de cara. El Hércules, tras el descanso, había vuelto al 4-4-2, con Yeray y Benito en el doble pivote y con Jona y Carlos arriba. A partir de ahí, el equipo volvió a hacer daño por banda, sobre todo con un par de acciones del debutante Borja Martínez, que demostró que su zurda es única dentro del equipo. La puso en práctica pronto y un zapatazo de falta directa y otro desde 30 minutos fue lo más inquietante sobre la meta de un UCAM a la merced de un Hércules dominador.

En defensa, Pablo Íñiguez volvió a demostrar que su continuidad en el club es una bendición. El central estuvo atento al cruce y exhibió de nuevo una salida de balón de superior categoría. El canterano Nico aprovechó de nuevo las lesiones de Alejandro Alfaro y Benja para colarse en el once y se ha ganado un hueco en la lista para El Prat. Para entonces no se espera que ninguno de los dos llegue a tiempo.

El Hércules, con el 0-0 por bandera en este verano, sigue exhibiendo las mismas fortalezas y los mismos vicios que en el pasado. Impenetrable en defensa, romo en ataque. Planagumà trata de dar con la fórmula con el cambio de sistema, pero la solución radica más en los nombres, que han pisado más la enfermería que el césped en esta pretemporada que no ha despejado nada.

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