El defensa central Gonzalo Bonastre Fuster (Alicante, 1981) es todo un clásico del fútbol alicantino. A sus 38 años y veinte después de su debut en Segunda División con el Hércules de Manolo Jiménez todavía sigue dando guerra en los campos más modestos de la provincia.

Con una extensa carrera a sus espaldas y casi 300 partidos en el fútbol profesional, Gonzalo ha encontrado acomodo en el Torrellano, ahora renombrado Athletic Club, con el que consiguió hace un par de meses el ascenso a Preferente y que ya se ha enfrentado en esta pretemporada al Elche y al Hércules, los dos grandes equipos de Alicante.

Con 18 años recién cumplidos, todavía en edad juvenil, se estrenó con el primer equipo blanquiazul ante Osasuna. Lo hizo como lateral derecho y fue el mejor de un partido que terminó con empate a uno. «Es un recuerdo imborrable, había muchas bajas en defensa y me tocó jugar por la derecha y cubrir a Trzeciak, un polaco que era un buen bicho», explica entre risas Gonzalo desde Torrellano, localidad en la que vive y trabaja.

A aquel partido le sucedieron 24 más con el Hércules, repartidos en dos temporadas más. En 2001 le tocó hacer las maletas y labrarse una meritoria carrera en Segunda División B. Figueres, Alcalá, Algeciras, Ontinyent, Yeclano, Alicante y un largo etcétera fueron los equipos en los que derrochó simpatía y una profesionalidad sin mácula.

«Me gustó Alejandro Alfaro»

El pasado miércoles se enfrentó a este nuevo Hércules, del que destaca la calidad de Alejandro Alfaro. «Tiene mucha clase, también me gustó Diego Benito, yo vi al equipo bien trabajado, pero es muy pronto», aclara Gonzalo, que no piensa todavía en la retirada: «Mientras me respeten las lesiones, seguiré. Me encanta jugar y sobre todo el ambiente del vestuario, no cambio por nada la cervecita de después».