Lluís Planagumà y Jona Mejía parecen condenados a entenderse, pero es altamente improbable que esto suceda porque la posición del técnico barcelonés es clara: no cuenta con el delantero. Hasta aquí todo parece sencillo, pero se complica hasta límites insospechados teniendo en cuenta que el Hércules no puede rescindir el contrato del malagueño, uno de los más altos de la plantilla y que, además, expira en 2021.
En el caso de Jona Mejía chocan frontalmente las posturas de Planagumà y del director deportivo Portillo. El primero no lo quiere en el equipo mientras el segundo le defiende con vehemencia con base en criterios deportivos y económicos. Portillo apostó muy fuerte por su fichaje el pasado mes de enero y ahora se muestra reacio a abrirle la puerta de salida cuando apenas ha tenido oportunidades de reivindicarse en el césped.
Además, económicamente la única opción viable es cederlo está primera temporada a otro equipo de Segunda B. Esta alternativa cuenta por ahora con la oposición clara del futbolista, que no quiere hacer las maletas. Además, Portillo entiende que no hay delanteros mejores en el mercado e insiste en que no piensa debilitar la plantilla. De hecho, hasta la semana pasada se planteó la posibilidad de renovar a Stepahen Emaná para que ocupara la plaza de Jona, pero el director deportivo se negó, por lo que el ariete camerunés se marchó criticándole. Le acusó de falta de valentía y de traicionar a su palabra porque entendía que había un compromiso para su renovación cuando en enero se destrozó la rodilla frente al Ebro en una acción fortuita. Emaná ha recalado finalmente en el Recreativo de Huelva, donde estará una semana a prueba antes de fichar.
Planagumà ya comunicó a Juli y a Jona que no contaba con ellos el pasado 22 de julio, en el primer día de la pretemporada. La negociación con el primero es menos compleja porque solo tiene contrato hasta 2020 y en breve se desvinculará del Hércules para dejar libre su ficha, que será ocupada por un extremo zurdo. El objetivo prioritario para esa posición es el alicantino Borja Martínez, que sigue realizando la pretemporada con el Elche.
El «caso Juli» se solucionará en los próximos días, pero el de Jona muy probablemente se alargue en el tiempo, ya que el mercado no cierra hasta el 31 de agosto y las posturas están enconadas. El delantero malagueño, de 30 años, llegó como fichaje estrella en enero (procedente del Lugom donde estaba cedido por el Córdoba). Ocupó la ficha de Carlos Fernández pero tardó varias semanas en ponerse a tono físicamente ya que vino con kilos de más. Una vez ya estaba apto para competir, Emaná se lesionó de gravedad y su lugar fue ocupado por Benja, quien siempre fue el primero en la lista de Portillo. Además, Planagumà y Jona tuvieron algún desencuentro y desde entonces el entrenador no cuenta con él.
Desde que llegó en enero únicamente fue titular en cuatro partidos, uno de ellos (ante el Atlético Baleares) instrascendente. Ni siquiera jugó de inicio en El Toralín, cuando el Hércules debía asumir riesgo para intentar remontar el 1-3 y ascender.
Otro perfil de «9»
Actualmente, el técnico barcelonés cuenta para la punta con el citado Benja como «9» de referencia, quien quiere quitarse el regusto amargo del pasado curso, en el que sólo metió tres goles en Alicante y estuvo especialmente desacertado en la eliminatoria final contra la Ponferradina. Además, el Hércules dispone también de Carlos Martínez y Alejandro Alfaro, dos «10» con gol.
Planagumà entiende que Jona no se ajusta al tipo de delantero que necesita este Hércules y prefiere contar con un atacante que vaya más al espacio y tenga velocidad. Si algo caracteriza la carrera del delantero malagueño es su facilidad para cambiar de vestuario, ya que en 11 años ha militado en 14 equipos diferentes: Lorca, Melilla, Deportivo B, Zamora, Ourense, Vitoria Guimaraes, Jaén, Cádiz, Albacete, UCAM Murcia, Córdoba, de nuevo el Cádiz, Lugo y Hércules.
