Es un secreto a voces que el director deportivo del Hércules Javier Portillo quiere poner la guinda a su centro del campo con dos viejos conocidos: Miguel de las Cuevas y Yeray González. Pero no está siendo sencillo convencer a ambos para que regresen al Rico Pérez, ya que el Córdoba se ha puesto en el camino y las cifras que maneja el club califal son mareantes, impropias de un club de Segunda B. La entidad andaluza cuenta con la ayuda del descenso por parte de la Liga y su presupuesto podría superar ampliamente los tres millones, por lo que las ofertas que están presentando a los jugadores son prácticamente irrechazables.
Las negociaciones del Hércules con el canario Yeray González están más avanzadas y podrían llegar a buen puerto la semana que viene. El pivote de 31 años se despidió de la Cultural Leonesa a principios de junio y desde entonces ha recibido innumerables propuestas, sobre todo de equipos punteros de Segunda B como el Córdoba, Recreativo, Nàstic o Castellón. A Yeray le ilusiona volver a Rico Pérez y hace un par de semanas admitió a este diario que estaba «cerca» del Hércules. Desde el Rico Pérez se muestran cautos y no lanzan las campanas al vuelo, pero hay moderado optimismo.
El mediocentro tinerfeño se marchó por la puerta de atrás del Hércules el verano de 2016 después de una temporada agridulce ya que su divorcio con Vicente Mir le relegó al ostracismo cuando llegó la hora de la verdad y la promoción de ascenso. Su posterior fichaje por la Cultural Leonesa relanzó su carrera, ya que logró el ascenso y disputó después 40 partidos en Segunda. Pero el curso pasado fue muy decepcionante para el equipo de León, que ni siquiera jugó la promoción pese a su gran presupuesto. Yeray decidió hacer las maletas, rescindió el año de contrato que le quedaba y desde hace más de un mes está de vacaciones en Tenerife.
Pivote defensivo con criterio y buena salida de balón, el perfil de Yeray es el que busca Portillo para un Hércules que la pasada temporada sufrió para llevar el peso de los partidos, sobre todo en el Rico Pérez. Han renovado Fran Miranda y Diego Benito, mientras que el canterano Pedro Torres seguirá también en la dinámica del primer equipo.
El caso de Miguel de las Cuevas es diferente ya que en el Hércules no son tan optimistas respecto a su incorporación. Portillo se reunió con él el pasado lunes en Alicante y ahora la pelota está en el tejado del canterano, que se marchó del Hércules en 2006 con 19 años y ahora cuenta 33. De las Cuevas se quedó esperando la llamada de Portillo el pasado verano y finalmente recaló en el Córdoba, de Segunda División, cobrando el límite salarial, cercano a los 90.000 euros. La temporada del conjunto califal fue desastrosa ya que descendió a Segunda B a falta de cuatro partidos para acabar la Liga y el rendimiento del alicantino fue de lo poco salvable porque acabó el curso con nueve goles en Liga y uno en Copa.
El Córdoba está dispuesto a rascarse el bolsillo para que renueve y Portillo asume con resignación que la única baza del Hércules es sentimental porque económicamente no puede igualar la oferta.
Debut con 16 años
Miguel de las Cuevas debutó con el primer equipo blanquiazul con solo 16 años en la temporada 02/03, con Josip Visnjic en el banquillo en su primera etapa. Pero el técnico que verdaderamente le abrió las puertas del once y le dio continuidad fue Juan Carlos Mandiá en la campaña 04/05, la del ascenso a Segunda. El canterano fue protagonista de aquel equipo pese a estar todavía en edad juvenil, al igual que su íntimo amigo Sisi, cedido por el Valencia. La irrupción de Miguel no pasó desapercibida para los grandes clubes y un año después el Atlético de Madrid pagó 300.000 euros para hacerse con sus derechos.
En la pretemporada (06/07) colchonera a las órdenes de Javier Aguirre deslumbró y apuntaba a ser una de las sensaciones de la Liga, pero recibió una entrada durísima en un amistoso veraniego (ante el Nacional de Montevideo en el Teresa Herrera) y sufrió una grave lesión de tobillo que le dejó en blanco para esa campaña.
De las Cuevas superó este bache y desarrolló después una meritoria carrera con más partidos en Primera (201) que en Segunda (127). El mediapunta alicantino lideró al Sporting de Manolo Preciado en la elite y después recaló en el Osasuna. En el mercado de invierno de 2015 fue traspaso al Spezia Calcio de la Serie B italiana pero apenas tuvo minutos y además los servicios médicos le detectaron una anomalía cardíaca de la que fue intervenido y se recuperó satisfactoriamente porque después regresó al Osasuna y militó finalmente el curso pasado en el Córdoba.
