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La columna vertebral, a punto

Portillo da máxima prioridad a la renovación de Pablo Íñiguez porque con su continuidad aseguraría los pilares básicos de su segundo proyecto en solitario como director deportivo - Al central zurdo le convence el proyecto y la relevancia que sabe que puede tener en él

La columna vertebral, a punto

La renovación de Pablo Íñiguez se ha transformado en una acción prioritaria. Y no es por capricho. Se trata de no empezar de cero, de aprovechar todo lo bueno del último curso, de convertir el asalto al fútbol profesional en una vía ya explorada y no en un misterio emboscado. Para eso hay que culminar con éxito la prolongación de la columna vertebral del Hércules. Ya solo falta él. Junto a Ismael Falcón, Diego Benito y Benja garantizaría un pasillo de seguridad por el que transitar sin experimentos arriesgados con una mínima garantía.

Javier Portillo pretende conservar una referencia incuestionable por línea para arrancar el nuevo ejercicio con solidez. Los cuatro han sido claves para llegar a la final de la promoción de ascenso y el único que falta por estampar su firma en la extensión de contrato es el central burgalés.

Con un Falcón capaz de repetir los números de su segundo año como blanquiazul, estaría puesta la primera piedra del entramado defensivo que determina el ideario futbolístico de Planagumà. En el centro del campo, el hombre que mejor entiende el juego de control que esgrime el preparador barcelonés es Diego Benito, que también sigue. Él será el cerebro y quien marque el ritmo ofensivo, aunque para ello habrá de asumir riesgos, algo que colisiona con la filosofía del entrenador. Repetir modelo es el camino más corto para reeditar el desenlace, así que el paso al frente deben darlo ambos.

Arriba, por primera vez desde que el Hércules es carne de Segunda B, se ha resuelto el que ha sido el principal lastre del equipo en el último lustro: la falta de gol. Benja, trabajando con el grupo desde el primer minuto, podrá demostrar todo el colmillo que ha exhibido a lo largo de su carrera y que en Alicante dejó entrever de forma tan intermitente como exuberante. Pero falta la pieza que lo acabe de encajar todo a la perfección.

Encontrar en el centro de cualquier defensa un perfil zurdo tan eficiente como el de Pablo Íñiguez es inusual. Todavía más fuera del fútbol profesional. Su posicionamiento, su facilidad en el juego aéreo, su buen trato de pelota, la toma de decisiones en la salida del balón y sus traslados en diagonal superando líneas con un golpeo le convierten en un defensa muy apetecible para cualquiera. Renovarlo no será sencillo, pero, por compleja que se antoje la mediación, el empeño del director deportivo está próximo a dar frutos aunque haya equipos de superior categoría tentando a un jugador que es muy consciente de que ha explotado en Alicante.

De las Cuevas y Yeray

Mientras se apuntala definitivamente la columna vertebral, el Hércules abre camino en el capítulo de incorporaciones. Dos exblanquiazules ya conocen el interés del club en su fichaje. El primero al que se llamó, el pivote Yeray González, continúa tramitando la rescisión de su vínculo con la Cultural, algo que, según la acción judicial, no podrá ocurrir antes del 22 de julio, día fijado por Planagumà para la vuelta al trabajo de la plantilla. El pivote, de 32 años, tiene un caché alto de su etapa en Segunda, y ha sido requerido por el Córdoba, que dispone de liquidez y margen de pago merced a la ayuda al descenso que percibe de LaLiga. No en vano, ya le ha arrebatado a Javi Flores al Elche pese a estar en el fútbol profesional. La ciudad andaluza es, involuntariamente, la principal rival de Alicante en la carrera por atar los nombres más atractivos que ofrece el mercado estival. Miguel de las Cuevas, que en lo personal ha rubricado un año excelente, tanto en juego como en afán goleador (11 tantos este ejercicio) es otra de las piezas que trata de atraer Javier Portillo a la causa blanquiazul.

Como en el caso de Yeray, la brecha salarial es el obstáculo a salvar. La ficha del alicantino sería alta y obligaría a los dueños del Hércules a un sobresfuerzo indefectible. El martes, Portillo se reunió con De las Cuevas, que también sabe del interés cordobesista por ampliarle un contrato que expiró el 30 de junio. El encuentro reveló que el interés por confluir es mutuo, pero la negociación está aún en una fase muy embrionaria. Íñiguez es la apuesta ahora. Si se concreta, el horizonte estará más despejado y la columna vertebral resuelta.

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