Tiene defectos, como todo hijo de vecino, pero uno de ellos no es rendirse cuando vienen mal dadas. El nombre de Julián Cerdá Vicente 'Juli' ha aparecido en algunas quinielas oficiosas como posible jugador transferible. Su marcada intermitencia en las alineaciones como titular le han acabado relegando a un segundo plano en el orden de prioridades de Lluís Planagumà, de ahí que, con la continuidad del preparador catalán al frente del vestuario, los rumores de una posible salida negociada del Hércules del delantero alcoyano ganaran enteros con el paso de los días.
Nada más lejos de la realidad. Si de él depende, habrá Juli en el Hércules una temporada más. El volante ofensivo confía en cumplir el contrato que le firmó Juan Carlos Ramírez en su momento. «Me gusta cumplir mis compromisos, lo he hecho toda mi vida», reconoce el futbolista blanquiazul, ahora de vacaciones atendiendo su campus de formación en Alcoy.
«Tengo ganas de seguir y ganas de empezar. Quiero cumplir el contrato, de hecho, mi único pensamiento es continuar aquí el año que me resta», reitera Juli, que tampoco oculta su tristeza por el papel secundario que le han asignado esta temporada. «Que una vez las cosas no salgan como tú quieres no significa que siempre vaya a ser así. Estoy convencido de que la temporada que viene puedo cambiar eso», anticipa.
Juli ha jugado en 42 ocasiones este curso, pero solo en 14 de ellas como titular. Eso supone 28 convocatorias relegado al banquillo, una estancia que ha pisado muy poco a lo largo de su carrera. «Es difícil sobrellevarlo. Soy incapaz de separar mi vida personal de la profesional. Me traigo los problemas a casa y esos viajes de ida y vuelta a Alcoy para entrenar se hacen largos. Son 40 minutos por trayecto dándole vueltas a la cabeza, pero no he dejado que eso afectara a mi rendimiento. Estoy contento con mi trabajo en el día a día, me cuido mucho y siempre trato de dar lo mejor de mí con independencia de que me vayan mejor o peor las cosas. Es mi forma de ser y no la voy a cambiar», subraya Juli.
Y no es su única virtud. El delantero, capaz de ocupar cualquiera de las posiciones de ataque con cierta solvencia, no es de los que deja que su malestar afecte al grupo. «He estado en vestuarios con ambientes irrespirables donde se sembraba mucha cizaña y siempre me he sentido incómodo. Yo prefiero que el ambiente sea bueno y no propiciar enfrentamientos», admite con naturalidad el futbolista de Alcoy.
«Es evidente que he tenido un año muy complicado, que no he gozado del favor del entrenador, pero no culpo a nadie. Yo me rebelo contra eso», esgrime Juli, al que no le genera ninguna animadversión ni inseguridad que Planagumà siga como responsable técnico. «Sinceramente, creo que es la persona más indicada para darle continuidad al proyecto. Es el entrenador idóneo», comenta con rotundidad.
A la cara
En ningún momento ha pasado por la cabeza del alcoyano rescindir su contrato de manera unilateral. Confía en poder revertir su situación y convencer al preparador barcelonés de que puede tener sitio en sus alineaciones titulares. «Estoy bien física y mentalmente y tengo mucha fe en mí mismo. El año no ha sido fácil, es verdad, pero ahora únicamente pienso en ponernos manos a la obra para conseguir el ascenso».
Sin embargo, Juli, que cumplirá 38 años el 9 de agosto, sabe cómo funcionan las cosas y está preparado para todo. «Nadie se ha dirigido a mí para decirme que no se cuenta conmigo. Si alguien entiende que no debo seguir, entonces me sentaría para hablar de los motivos. Llevo muchos años jugando al fútbol, es mi pasión, es mi vida, por eso me dedico plenamente a ello y por eso hago todos los sacrificios personales que sea necesario, pero tampoco estaría en un lugar en el que no me quisieran. Si fuera así, si me dijeran a la cara que no me quieren aquí, entonces me sentaría a negociar las condiciones de marcha. Solo así saldría del Hércules», detalla el mediapunta alicantino.
Como el resto de compañeros con contrato en vigor, Juli, si el guion no varía, regresará al equipo el 22 de julio para iniciar de manera oficial la pretemporada.
