Creer. Ésa fue la palabra sobre la que giró la rueda de prensa de Lluís Planagumà ayer en el Rico Pérez. Por convencimiento o impostura, pero el técnico del Hércules no dudó en ningún momento de su mensaje, el de la remontada de mañana en Ponferrada, en el último paso para ascender a Segunda División.

Para ello habrá que levantar el 1-3 que se llevaron los bercianos del Rico Pérez el pasado domingo, una pesadilla que queda en cuarentena hasta mañana por la noche, cuando termine el partido en El Toralín. «El lunes fue un día complicado, pero ayer [por el miércoles] ya empezamos a crear lo que tiene que ser el partido. Es el último y podemos hacer historia», apuntó un Planagumà que, quién sabe, podría dirigir por última vez al equipo en caso de no ascender. Tanto por voluntad propia como ajena.

«El equipo está motivado en conseguir la gesta y de qué manera lo vamos a hacer, lo tenemos en la cabeza y queda todavía tiempo para entrenarlo, potenciarlo y tratar de conseguirlo», indicó el preparador catalán.

La idea es clara, el Hércules de esta temporada, eficiente pero poco desmelenado en ataque, debe mutar en un equipo vertiginoso, que apriete a la Ponferradina de Bolo y que insista incesantemente en la portería rival. Planagumà, que, como de costumbre, no quiso desvelar abiertamente su propuesta, sí dejó entrever que el equipo buscará el gol desde el minuto uno: «Tenemos que soltarnos e ir a por el partido, hay que crear muchas ocasiones y será clave la eficacia».

Sobre esta cuestión de puntería continuó su discurso: «En el partido de ida tuvimos la primera ocasión, con una falta directa, y después del 0-1 Benja tuvo un mano a mano. Quizá pasaron desapercibidas pero volveremos a salir a por el partido y tratando de que el rival no nos las cree». «El domingo disparamos a puerta las mismas veces que la Ponferradina, 16, pero hay que meterlas», prosiguió Planagumà, que olvidó que gran parte de las ocasiones de los locales fueron en el último y agónico tramo final, ya con 0-3 en el luminoso.

El técnico blanquiazul no dio pistas sobre el once que alineará mañana en El Toralín, en el que se presupone alguna variante, como la entrada de Nani en el lateral zurdo o la inclusión de Jona en ataque: «Lo valoraremos».

«Motivos»

«Si la afición, que ha sacado 300 entradas en una tarde, cree en la remontada, ¿cómo no vamos a creer nosotros?». «Estamos a 90 minutos y tres goles de ascender, pero tenemos motivos para creer porque el equipo ha conseguido llegar a este último partido del camino y vamos a pelearlo», indicó el preparador catalán. «Será muy difícil, pero es algo que puede ser impresionante, y durante la temporada ya hemos conseguido cosas impresionantes. Creemos al 2.000% en la remontada».

Sobre la hipótesis de un partido frenético y de un intercambio de golpes, Planagumà recordó que el «fútbol es imprevisible». «Ante el Logroñés el partido se volvió loco y marcamos tres goles en 25 minutos, algo que no habíamos conseguido en toda la temporada», repasó el técnico del Hércules. «El resultado perfecto al descanso sería un 0-7», bromeó el catalán, que sí quiso subrayar que el partido acabará en el minuto 95. «Y no antes», en alusión a que no decaiga el ánimo si no se logra la remontada a las primeras de cambio.

«Hemos hecho un listado de motivos para crear lo que tenemos que conseguir, nunca sabemos cuánto puede durar la tristeza, pero tampoco la alegría», indicó Planagumà, que espera mañana a una Ponferradina «vertical y que dispare otra vez de lejos».