El 1-3 sufrido en el Rico Pérez no ha variado la hoja de ruta del Hércules, que se desplazará el viernes a Ponferrada en vuelo chárter y regresará a Alicante el sábado por la noche después del partido. El avión fletado le costará a Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez unos 50.000 euros y en principio no está abierto a aficionados ya que las plazas, muy reducidas, están reservadas para la plantilla, el cuerpo técnico y los directivos. El entrenador Lluís Planagumà desplazará a Ponferrada a todo el vestuario, incluidos los canteranos Víctor Olmedo, Pedro Torres y Pablo Puig, y también el lesionado Stephane Emaná. Ya una vez en El Toralín realizará tres descartes porque dispone de toda la plantilla al no tener bajas por sanción, ni por lesión. El pasado domingo se quedaron en la grada el central Pol Bueso, el mediocentro Alvarado y el extremo Salinas.

La Ponferradina también viajó a Alicante en vuelo chárter pero lo hizo el mismo día de partido. Planagumà prefiere repetir la rutina de toda la temporada y el grupo se concentrará el viernes por la noche en la capital de El Bierzo, donde el sábado a las 19.30 horas disputa el último partido de la temporada.

El Hércules dará a conocer hoy el horario de venta para las entradas destinadas a los aficionados visitantes para El Toralín, unas 350. El club sufragó los autobuses para Logroño y podría abaratar también los que viajarán a Ponferrada, aunque este extremo todavía no está confirmado.

Cautela en El Bierzo

El presidente de la SD Ponferradina, José Fernández Nieto, pidió ayer el «máximo respeto» hacia el Hércules. «Será un partido muy difícil pese al 1-3 del Rico Pérez porque nos enfrentamos a un gran rival al que hay que tener el respeto que se merece porque llegó, como nosotros, a la tercera eliminatoria y ese respeto no puede faltar nunca», afirmó este martes el mandatario.