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El Rico Pérez ruge y levanta al Hércules de la lona

El equipo de Planagumà tira de casta para remontar el 0-1 con un doblete de Carlos y un golazo de Alfaro ante 18.500 espectadores

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Hércules - Logroñés: Las imágenes del partido

Pedía el viernes Lluís Planagumà al Rico Pérez que «jugara su partido» ante el Logroñés y los 18.000 herculanos obedecieron a pies juntillas al joven técnico del Hércules. El estadio rugió y vibró con una remontada con aroma a tercera y última eliminatoria por el soñado ascenso a Segunda. El doblete de Carlos Martínez y el golazo de Jesús Alfaro, el primero como blanquiazul, inclinan la eliminatoria del lado alicantino, pero todos en el vestuario tienen las orejas tiesas y los cinco sentidos puestos en el choque de vuelta de Las Gaunas, que se disputará el próximo fin de semana, con día y hora todavía por determinar.

A los pocos minutos de comenzar el duelo ya quedó claro que la UD Logroñés era mucho mejor equipo que el Barakaldo. Más compacto, con mejor salida de balón, jugadores con criterio y peligrosos entre líneas y a la contra. El Hércules no salió en tromba como ante el equipo vasco pero sí se adueñó pronto del balón ante un rival ordenado.

La primera gran ocasión llegó en el 22' en un buen centro de Jesús Alfaro desde la derecha que Carlos Martínez remató de cabeza con potencia pero se encontró con las manos del mutxamelero Iván Buigues. La segunda y última aproximación con peligro blanquiazul en la primera parte llevó el sello del lateral Juanjo Nieto (37'), que se quitó a cuantos rivales le salían al frente con su habitual potencia e intentó sorprender a Buigues con un disparo raso, pero el meta se mostró de nuevo certero. El primer acto finalizó con una buena ocasión del Logroñés, ya que un balón despejado desde la zaga se convirtió, tras una prolongación, en un asistencia letal hacia Iñaki, que avanzó metros sin oposición y probó a batir a Falcón con un zurdazo raso cruzado que se topó con la mano milagrosa del portero.

Como era previsible, la eliminatoria se mantenía muy cerrada, sin goles y con defensas ordenadas, agresivas y sin concesiones. Pero en el segundo acto incomprensiblemente estos parámetros saltaron por los aires y llegaron cuatro goles. El primero, nada más reanudarse el juego, congeló el Rico Pérez. Juanjo Nieto protegió un balón inofensivo en la línea de cal, Samuel acudió a despejar pero no lo hizo confiando en que se marchara fuera y ese exceso de confianza lo aprovechó el extremo Iñaki para robar el esférico y avanzar metros sin oposición. El primer remate en el área lo despejó desde el suelo Adrián, pero el balón le cayó después a Olaetxea delante de Falcón y el «10» del Logroñes marcó sin oposición.

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El 0-1 heló a la grada y dejó grogui a un Hércules poco acostumbrado a estas concesiones. Además, la máxima de que los goles fuera de casa tienen un valor incalculable estaba grabada a fuego en la mente de todos los jugadores porque así se superó el cruce ante el Barakaldo.

Los blanquiazules se reengancharon al encuentro en el 55' gracias al balón parado. El lateral Adrián Jiménez, en su mejor versión, provocó un saque de esquina que resultó decisivo. Diego Benito puso el balón en el segundo palo, Iván Buigues dudó, dio un paso adelante, dos hacia atrás y ahí apareció Carlos Martínez para igualar el marcador de cabeza y devolver la fe a los 18.000 herculanos ávidos de alegrías.

El tanto espoleó al conjunto de Planagumà, que se adueñó definitivamente del balón y adelantó líneas porque necesitaba marcar para no vivir un infierno en Las Gaunas. Y entonces emergió la figura de Jesús Alfaro, decisivo los últimos 25 minutos. En el 69' recogió cerca del área un buen balón de Íñiguez y fue recortando hacia adentro hasta encontrar la posición idónea para golpear con la derecha. Ajustó su disparo al palo corto de Buigues. Imparable el 2-1.

La grada enloqueció tras la remontada y llevó literalmente en volandas al Hércules hasta el 3-1, que llegó sólo seis minutos después. El resbalón de un zaguero del Logroñés provocó un ataque rápido y letal iniciado por Carlos Martínez, quien vio el desmarque de Benja dentro del área. El punta no encontró el camino de la portería pero sí asistió a Jesús Alfaro, quien llevó el balón pegado al pie hasta que fue derribado por Olaetxea prácticamente delante de Buigues. Carlos Martínez ejecutó con maestría la pena máxima y cerró el partido con su decimotercer gol de la temporada. Ahora Las Gaunas dictará sentencia.

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