A Paco López (Silla, 1967) le ha cambiado la vida en año y medio. El bloqueo institucional del Hércules en el verano de 2017 le llevó a aparcar la oferta blanquiazul y aceptar la del filial del Levante de Tercera División. En aquella temporada asumió el primer equipo y mantuvo la categoría en Primera, mérito que acaba de repetir este curso y ya perfila la próxima campaña de los granotas con el reconocimiento del fútbol nacional. Como futbolista no llegó a la élite, pero se labró una meritoria carrera en clubes como el Castellón, el Murcia, el propio Levante o el Hércules, a quien condujo a base de goles a Segunda en la 92-93.
Hablar de un ascenso del Hércules a Segunda es hablar de usted.
Bueno, es hablar de muchos herculanos y de todos los que formamos aquella plantilla. Fue un ascenso muy esperado tras varios años en Segunda B, yo nunca lo olvidaré.
En la promoción arrasaron, pero en la Liga terminaron cuartos.
No fuimos muy regulares en cuanto a resultados, pero sí recuerdo que mostramos un nivel de juego muy superior a la categoría.
Se llegó al momento clave en la mejor de las formas.
Cogimos la promoción en un momento buenísimo y logramos traducirlo en el ansiado ascenso.
Debieron superar antes a dos de los «cocos» de la categoría, el Salamanca y la UD Las Palmas
Cuando se hizo el sorteo en seguida dijeron que éste iba a ser el grupo de la muerte. Teníamos todos muchas urgencias históricas. Las Palmas venía de ser líder en su grupo y de sacarle ocho puntos al segundo y al Salamanca le entrenaba Juanma Lillo, que ya apuntaba cosas muy interesantes.
Aquel año fue el de los 40 goles de Rodríguez, pero también el de los 5 goles de Paco López en la promoción.
Me salió una temporada muy buena, me pasó como el equipo, que llegué al final muy enchufado. Durante la Liga tuve algunas molestias musculares que no me dejaron coger ritmo, pero luego hice goles muy importantes.
Y ese tridente (López, Rodríguez y Luna) era una garantía absoluta.
Éramos muy completos. Teníamos la suerte de contar con Rodríguez, que era un goleador tremendo, y yo me caractericé por dar muchas asistencias, pero no recuerdo cuántas. Ahora se miran mucho las estadísticas, antes pasaban más desapercibidas.
¿Ha puesto en práctica ahora como entrenador algo de lo que empleó Quique Hernández aquella temporada?
Pues mire, Quique era un entrenador muy adelantado. Usábamos un sistema poco habitual, un 3-4-3 muy ofensivo que para la época fue una novedad total.
¡Y mucho más en Segunda B!
Eso es, los equipos se caracterizaban más por defender que por atacar. Quizás por ese motivo ahora como entrenador me gusta el estilo ofensivo, pero son épocas muy diferentes.
¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza de su paso por el Hércules?
Que pasé unos años maravillosos, es una realidad, probablemente fueron mis mejores años como futbolista. Estuve muy a gusto en Alicante, lo tenía todo y disfruté al máximo. Cuando nombran al Hércules, nombran una de mis casas.
¿Tiene alguna imagen grabada de aquel mes de junio?
¡Uf! El recibimiento de la afición en Alicante cuando llegamos de Las Palmas. Recuerdo que el autobús no podía ni llegar a la plaza de los Luceros de la gente que había esperándonos. Coincidió con las Hogueras y fue espectacular.
¿Qué consejo le da a este Hércules, que el domingo inicia las semifinales del «play-off»?
Consejos pocos... Tienen un gran entrenador y una gran plantilla. Además, hay jugadores con mucha experiencia que han jugado este tipo de partidos y saben lo que tienen que hacer.
¿Le gusta este formato de eliminatorias o el antiguo de liguilla?
Son diferentes, con aquél nos fue bien a nosotros, pero depende de a quién preguntes. El actual le da ventaja a los campeones; el otro, al resto porque tenían las mismas opciones de subir que el líder.
¿Qué secreto hay detrás del éxito en un «play-off»?
Nosotros tuvimos un equipo muy completo y un gran vestuario. El secreto es seguir plasmando lo que has hecho durante la Liga y sacar tus virtudes. Las emociones también influyen muchísimo en el resultado.
Hablando de emociones, este fin de semana se pueden agolpar 20.000 personas en el Rico Pérez.
Es una motivación muy grande saber que detrás del Hércules hay una afición tan fiel y numerosa. Eso juega siempre un papel fundamental.
