La de Sendoa Agirre (Erandio, 1975) fue una carrera que nunca dejó de crecer. Se doctoró progresivamente en Tercera, Segunda y Segunda B e irrumpió en la élite al filo de los 35 años con el Hércules, donde había recalado en 2006 tras cuatro años en el vecino Alicante. A la entidad de Villafranqueza llegó tras un año soberbio en el Barakaldo, precisamente el rival que este domingo recibirá a los blanquiazules, en la ida de la primera eliminatoria por el ascenso a Segunda. Ahora, asentado en el organigrama del Alavés, espera el ascenso del Hércules, al que acudirá a ver el domingo a Lasesarre.
Debutó en Primera a los 34 años, pero ahora no la suelta...
Estoy muy contento, ha sido otra gran temporada del Alavés y yo voy a empezar aquí mi quinto año.
Ahora luce como delegado, pero se ha convertido en un comodín en el club vitoriano.
Llegué como jugador en 2011 y aquí sigo. Después estuve en la secretaría técnica, también como segundo entrenador y desde 2013 como delegado, que me gusta mucho porque sigo ligado al fútbol, pero no tengo la presión de los resultados.
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Y estoy contento, no le voy a engañar, siempre que le dan un premio a uno... Al final soy la cara visible del club para el estamento arbitral o para el rival...
¡Qué buen espejo es el Alavés para este Hércules!
La verdad es que ha cambiado mucho desde que yo llegué como futbolista. Eran años malos, también estábamos en Segunda B, como ahora el Hércules, y el club seguía con la herencia que le había dejado Piterman, pero a mí me fichó la nueva junta, la que ahora ha llevado al Alavés hasta aquí, saneado y sin deuda.
Tuvieron suerte en salir rápido del pozo.
Ascendimos al segundo año, pero es muy difícil. Solo ascienden cuatro equipos de 80 y con las urgencias del Hércules hay siempre varios más.
Esos clubes históricos en horas bajas siempre viven al borde del fracaso en Segunda B.
Claro, tienen el mismo objetivo y no pueden subir todos. El Hércules, y varios más, juegan siempre con la presión que tiene detrás por afición, por estadio y por historia. Es un club de superior categoría, eso está claro, pero jugar con esa presión no es fácil.
Todo empieza este domingo en Barakaldo, club al que usted también conoce bien.
Sí, jugué sólo un año pero me fue tan bien que lo recuerdo como uno de los mejores. Llegué con dudas, después de jugar muy poco el año anterior en Segunda con el Eibar, pero fue todo espectacular.
Individual y grupalmente.
Yo marqué 19 goles y nos quedamos campeones de grupo, aunque luego no logramos el ascenso.
Precisamente en esa promoción fallida se encontraron con el Hércules, el último precedente entre ambos clubes.
Sí, con el anterior formato, que era una liguilla de cuatro equipos a ida y vuelta y el Barakaldo-Hércules y Hércules-Barakaldo fueron las dos últimas jornadas.
Un tostón con todo ya decidido porque el Terrassa arrolló.
Fue una pena, ninguno de los dos equipos se jugaba nada, fue todo muy descafeinado. Menos mal que el formato ha cambiado, ahora es más justo y menos aburrido.
Al menos esa visita al Rico Pérez le sirvió para fichar por el eterno rival del Hércules, el Alicante, entonces también en Segunda B.
Sí, se pusieron en contacto conmigo y así conocí a los dirigentes. Sé que el Hércules también estaba por medio, pero tenían las cosas menos claras y aposté por el Alicante.
Aunque luego cambió de acera y firmó por el Hércules.
Me llamó Bordalás, al que tuve en el Alicante, y me dijo que confiaba en mí para el proyecto. Los inicios no fueron fáciles, pero al final fue el club en el que más años estuve.
Ese ascenso a Primera tras 13 años de ausencia está marcado para toda una generación.
¡Claro! Estoy encantado de mi paso por el Hércules, allí cumplí mis deseos, fue un acierto total y les estaré siempre agradecido.
¿Qué imagen le viene primer a la cabeza cuando oye 'Hércules'?
¡Uf! Varias, pero creo que me quedo con mi primer gol en Primera. Cuando lo hice, ya con 35 años, cumplí un sueño. Ya había debutado en Primera y marcado un gol, ya podía morirme tranquilo. Fue un colofón a esos cinco años maravillosos y a toda una carrera.
Volviendo a la actualidad, ¿qué eliminatoria espera entre Barakaldo y Hércules?
A priori el Hércules es mejor equipo, pero el hecho de tener esa presión histórica y esa necesidad que comentaba puede jugarle una mala pasada. Depende de cómo la sepan gestionar los jugadores.
¿Será Barakaldo un sitio hostil para el Hércules?
La gente de allí se enchufa en este tipo de partidos, el club es también un histórico y ha jugado un montón de promociones de ascenso. Seguramente habrá un gran ambiente de fútbol.
Ya no estará la excusa de campo del norte, embarrado y casi sin césped.
Este Lasesarre es relativamente nuevo, es un estadio coqueto, aunque no sé cómo estará el césped, pero imagino que bien. La afición aprieta y estoy seguro de que los futbolistas van a morder.
¿Acudirá al partido del domingo?
Lo más probable es que sí. Ahora que ya no hay Liga en Primera División tengo más tiempo libre y mi hijo ya me ha dicho que tiene ganas de ver al Hércules.
¿Ha hablado con Portillo, que fue su compañero, o con algún amigo de Alicante?
Cuando abrí el lunes por la tarde el WhatsApp sabía que algo había pasado porque estaba lleno de conversaciones. Pero no, con Portillo no he hablado. Esperemos que salga un gran partido.
