El portero del Hércules Ismael Falcón se comprometió ayer, en el chat de «informacion.es», a celebrar un hipotético ascenso a Segunda División a imagen y semejanza del añorado Humberto Núñez en El Sadar en 1974, aunque en este caso el salto de categoría fue a Primera. La imagen del paraguayo saliendo de rodillas del campo forma parte de la historia del Hércules y en el último ascenso a Segunda, en 2005, ya le emuló el barcelonés Rubén Martínez aunque en aquella promoción frente al Ceuta y al Alcalá no disfrutó de minutos por la llegada del francés Butelle.

Falcón, actual «Zamora» del grupo III de Segunda B, se compromete a repetir este gesto si el Hércules sale airoso de las tres eliminatorias que debe superar si quiere militar la temporada que viene en la categoría de plata. El meta gaditano, de 35 años, recibió numerosas muestras de cariño en el chat de «informacion.es» por su gran temporada y recalcó en todo momento «el espectacular trabajo defensivo de todo el equipo». El Hércules sólo ha recibido 23 goles en 37 partidos y quiere mantener este promedio de 0,62 en la promoción. Antes de que comience la fase decisiva, el cuadro alicantino despedirá la Liga este sábado en el Rico Pérez frente al campeón Atlético Baleares en un intrascendente partido en el que todo parece indicar que Falcón descansará y el protagonismo será para el joven Ferran Ferri, a quien el gaditano elogió ayer: «Es un chico con buenas condiciones, muy completo, trabajador y muy profesional».

El portero regresó al Hércules en verano de 2017 y reconoce que el gran recibimiento que le tributó la afición en la rueda de prensa de su presentación es su mejor recuerdo en Alicante, donde ha hecho historia ya que es el guardameta con más partidos como blanquiazul de todas las épocas: «Es un orgullo poder seguir sumando encuentros porque el Hércules es un club histórico».

Falcón ha vestido de blanquiazul en tres etapas diferentes y en la primera de ellas llegó como cedido por el Atlético de Madrid. Y de rojiblanco guarda la anécdota más llamativa de su carrera. «En el partido de mi debut (2005), en San Mamés, tiraron dos petardos enormes justo al lado de mi portería y me llevé el mayor susto de mi vida, pensaba que eran bombas...». En el vestuario del Atlético coincidió con cracks como Fernando Torres, Kun Agüero o Diego Forlán: «Indudablemente son tres de los mejores jugadores con los que he jugado. Torres era pura potencia, Agüero era muy joven pero ya se le veían unas condiciones tremendas. Y Forlán era un rematador bestial, lo hacía con las dos piernas por igual y además era un grandísimo profesional».

El portero del Hércules aseguró que el curso que viene seguirá de blanquiazul y desveló que a sus hijos mellizos (de 5 años) apenas les habla de fútbol: «Aún son pequeños, no sé si les dará por seguir mis pasos. Si algún día lo hacen mi único consejo es que lo disfruten y eso ya les llevará a donde les tenga que llevar». Falcón llevaba la pasión por los guantes en la sangre ya que su padre y su hermano también son porteros y todavía no piensa en la retirada. «Me queda cuerda para rato, no sé cuánto pero me encuentro muy bien. Me saqué el carné de entrenador el año pasado pero no tengo claro que quiera ejercer en un futuro. Ahora me centro en disfrutar de cada partido en la portería».