La sufrida afición del Hércules por fin pudo disfrutar ayer de un partido plácido que pudo haberse suspendido si la tromba de agua caída en Alicante no hubiera remitido pocas horas antes del inicio del duelo (19.00). Carlos Martínez fue el protagonista indiscutible frente al Sabadell no sólo por su doblete, sino por su inspiración como segundo punta. El punta de Mataró recordó al de principio de curso, pidiendo siempre el balón, desequilibrando entre líneas y haciendo estragos a la espalda de los centrales. Mereció el Hércules una renta mayor que el 2-0 ya que el Sabadell temblaba como un flan en la retaguardia y, además, se quedó en inferioridad al inicio del segundo acto por la merecida roja directa vista por el lateral Óscar Rubio por derribar a Benja cuando era el último zaguero.
El triunfo permite al cuadro de Planagumà hacerse fuerte en la segunda plaza (empatado con el Villarreal B) pero no vale para recortar distancia con el intratable líder Baleares, que ayer hizo también los deberes al imponerse por 1-2 en Buñol ante el filial del Levante. La primera plaza sigue a siete puntos a falta de cuatro partidos para que la Liga baje el telón con un Hércules-Baleares en el Rico Pérez.
El choque de ayer, con menos color en la grada del esperado debido a la intensa lluvia caída durante todo el día, se presentaba como propicio para vencer, convencer y aumentar la autoestima de cara a la promoción. Y sirvió para casi todo. El Hércules no acabó pidiendo la hora por primera vez en mucho tiempo pero el partido se pudo torcer ya en el inicio porque Arturo dispuso de dos ocasiones claras ante Falcón que el meta gaditano desbarató con buenas paradas. Las imprecisiones y los malos pases lastraban al equipo alicantino, que, sin embargo, encontró el premio del gol en el minuto 20 como más le gusta a su entrenador: con un contragolpe. Jesús
Alfaro arrancó desde su propio campo con un efectivo caño ante su marcador, avanzó metros sin oposición y abrió a la banda izquierda hacia Chechu Flores. El capitán se metió hacia adentro y esperó el momento oportuno para asistir a Carlos Martínez cuando el punta se colaba en el área. El de Mataró se quitó de encima al central con un amago sin tocar el balón y definió bien ante el meta Roberto. 1-0 y celebración con rabia por la larga sequía que acompaña al Hércules durante toda la temporada.
El Hércules pudo dejar el choque resuelto antes del descanso (41') con un gran pase de Carlos a Benja a la espalda de los centrales que este último no aprovechó porque tropezó justo antes de rematar.
Al igual que la primera parte, la segunda comenzó con susto, ya que Néstor Querol reclamó penalti por un empujón dentro del área y la acción era, al menos, dudosa. Pero pocos minutos después, concretamente en el 54', el choque se tiñó definitivamente de blanquiazul porque el lateral Óscar Rubio vio la roja directa al derribar a Benja cuando se marchaba solo hacia la portería. El punta barcelonés aprovechó una indecisión entre el portero y el zaguero para birlarles el balón para desesperación de su entrenador Antonio Hidalgo.
Benja fue protagonista, cinco minutos después (59'), en el 2-0, que llegó tras otra contra. Cuatro zagueros para cuatro atacantes y el exdelantero del Elche levantó la cabeza para asistir de manera precisa a Carlos Martínez, quien solo tuvo que empujar el balón en boca de gol.
Con el partido ya resuelto, el Hércules desperdició una buena oportunidad de conseguir la primera goleada de la temporada. Le faltó precisión en el último pase y en la definición para hacer más sangre ante un Sabadell que quería irse hacia adelante pero no tenía argumentos ni fuerzas. Jona, Alfaro y Benja desperdiciaron claras ocasiones y el rival pudo asustar con una falta directa ejecutada por Edgar que se marchó cerca de la escuadra.
Esta victoria permite a los blanquiazules seguir abriendo brecha con el quinto pero los jugadores siguen ilusionados con meterle mano a un líder Baleares que debe visitar el Rico Pérez en la última jornada.
Quedan cuatro partidos y el Hércules afronta la semana que viene el viaje más largo del curso, a Peralada, donde espera el filial del Girona.
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