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Análisis

La gran inversión invernal no palia el drama del gol del Hércules

El paupérimo bagaje ofensivo del Hércules se mantiene pese a la irrupción de los cotizados Benja y Jona a mitad de curso. El máximo artillero Carlos Martínez ha anotado cuatro de sus nueve dianas de penalti

El ariete Benja Martínez controla el balón en el último partido en el Rico Pérez frente al Olot. Álex Domínguez

El técnico del Hércules Lluís Planagumà es especialmente precavido siempre en sus discursos. Piensa mucho lo que quiere decir y mide cada palabra para que el mensaje no se le vuelva en contra o sea malinterpretado por la afición o el vestuario. Pero al término del duelo del sábado en Ejea de los Caballeros (0-0) no aguantó más y lamentó con resignación y un tono crítico elevado la alarmante falta de remate de su Hércules. «No son sólo las ocasiones de Carlos y de Benja... son buenos centros que no se rematan, balones que se pasean por la línea y ocurre lo mismo... Nos falta pegada para matar los partidos y se repite siempre lo mismo», declaró Planagumà.

El segundo empate consecutivo sin goles firmado por el Hércules le ha alejado a siete puntos del líder Atlético Baleares y si hay alguien especialmente frustrado por la falta de gol es el director deportivo Javier Portillo, quien convenció a su suegro Enrique Ortiz de que éste era el año del ascenso y debía rascarse el bolsillo en invierno para dotar de pólvora a su ataque. El empresario aceptó y pujó bien fuerte para traer al extremo Jesús Alfaro y al delantero Jona Mejía, ambos con números contrastados en Segunda B y que pertenecían a clubes de Segunda (al Zaragoza y al Córdoba, respectivamente).

Pocas semanas después, la grave lesión de rodilla de Stephane Emaná (cuando estaba a pleno rendimiento) reactivó la alternativa del franjiverde Benja Martínez, primer gran objetivo de Portillo desde el verano. «Hemos roto el mercado», deslizaban desde el Rico Pérez allá por febrero cuando le ficharon, conscientes de que el club nunca había apostado tan fuerte por un atacante desde que descendiera a Segunda B hace ya cinco años. Lo que nadie podía pensar es que el drama del gol iba a seguir igualmente vigente dos meses después.

El Hércules sigue promediando menos de un tanto por encuentro (30 en 33) y su trío estelar de delanteros (Carlos, Jona y Benja) sólo han marcado seis goles si no se cuentan los penaltis.

Carlos es el máximo realizador con nueve dianas, cuatro de ellas desde los 11 metros, mientras que Benja sólo ha anotado dos. Se estrenó en la ciudad deportiva del Levante con un remate de cabeza en un saque de esquina y decidió después el derbi de Castalia de penalti en el minuto 89. El punta barcelonés el «9» indiscutible para Planagumà y Portillo tiene una fe ciega en él. Busca en Alicante su tercer ascenso consecutivo a Segunda tras los conseguidos con el Elche y la Cultural Leonesa, pero anda muy lejos de las cifras firmadas entonces. En León cerró el curso con 26 goles y en Elche con 14.

Aún más inexplicable es el caso de Jona Mejía, quien llegó para marcar diferencias y su rol es absolutamente secundario. De hecho, en Ejea no fue uno de los tres cambios cuando el Hércules buscaba a la desesperada el 0-1. Planagumà prefirió dar entrada a Pol Roigé, Chechu y Juli. El punta malagueño, que firmó un contrato muy importante por dos temporadas y media, aún no se ha estrenado y su aportación más reseñable fue el balón que «peinó» hacia atrás de cabeza y asistió a Benja en Castellón.

En el Rico Pérez preocupa la pólvora mojada de los delanteros pero también la casi nula aportación de los jugadores de segunda línea. Pol Roigé, con 31 partidos en sus botas, no ha visto puerta, ni tampoco Alfaro. El veterano Juli, con menos oportunidades de las esperadas, sólo marcó en la primera jornada ante el Ontinyent, mientras que Chechu Flores, con tres dianas, anda lejos de sus promedios.

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