Una de las cuentas que lleva de cabeza y más frustra al entrenador del Hércules, Lluís Planagumà, es la de los balones al palo que han enviado sus jugadores. Ni más ni menos que 14 veces ha repelido la madera los disparos o cabezazos de los herculanos. Y eso traducido en goles y puntos es una barbaridad. Este Hércules tiene varias virtudes pero la falta de puntería es el principal de sus males, ya que sigue promediando menos de un gol por partido (30 dianas en 32 jornadas) y en el derbi del sábado ante el Alcoyano se quedó una vez más sin ver puerta. Esta vez fue Jesús Alfaro el que se topó con el palo en los minutos finales cuando ganó la línea de fondo y sirvió un peligroso balón que pasó por encima del portero, se fue envenenando y acabó impactando en el poste cuando Bañuz ya había hecho la estatua y se había resignado a su suerte. En su intento de alcanzar el rechace, Benja reclamó penalti de manera infructuosa. Precisamente el «9» blanquiazul envió el balón al larguero la semana anterior, en Castellón, en un libre indirecto dentro del área por un error del meta albinegro.
«La suerte tiene que cambiar algún día, esto no es normal», coincidían ayer en el vestuario del Rico Pérez.
Al Hércules le cuesta un mundo marcar goles en jugada y en las cuatro últimos partidos sólo Nani vio puerta (ante el Olot) en un lance del partido, al aprovechar un rechace en un saque de esquina y marcar de un zurdazo desde fuera del área. En el encuentro anterior, frente al Lleida, los blanquiazules se quedaron sin marcar, y en Castalia los dos tantos llegaron desde el punto de penalti, gracias a Benja y Carlos.
«Nos cuesta mucho marcar, fallamos demasiadas ocasiones», aseguró Planagumà el pasado sábado en tono resignado. Ya lo ha repetido en demasiadas ocasiones y no llega el partido en el que se «abra el melón» y el Hércules marque dos o más goles para darse un baño de autoestima y ganar un partido sin sufrimiento. Todo parecía indicar que el derbi anteel Alcoyano era una ocasión propicia, pero la temprana expulsión (minuto 37) de Pablo Íñiguez con roja directa complicó demasiado la empresa.
Carlos Martínez es el máximo goleador del equipo blanquiazul con nueve dianas, cuatro de ellas de penalti, y lejos de estos registros se encuentran los siguientes artilleros: Pablo Íñiguez, Chechu Flores y Stephane Emaná, con tres. Este último fue dado de baja a principios de febrero por una grave lesión de rodilla y su ficha fue ocupada por Benja Martínez, quien sólo lleva dos dianas en su cuenta particular. Se estrenó a domicilio frente al Atlético Levante con un cabezazo en un saque de esquina y después ejecutó certeramente un decisivo penalti en Castellón.
La segunda línea del Hércules sigue con su nula aportación, ya que Pol Roigé y Jesús Alfaro aún no se han estrenado pese a ser titulares habituales. Además, Jona, llegado en enero para marcar diferencias, tampoco ha visto puerta, mientras que Juli únicamente marcó en la primera jornada de Liga ante el Ontinyent.
Pruebas a Jona
El delantero Jona sufrió molestias musculares en el calentamiento del partido del sábado frente al Alcoyano y por eso Planagumà no pudo echar mano de él en la segunda parte. En principio los fisioterapeutas no aprecian rotura aunque en las próximas horas se someterá a pruebas más exhaustivas para conocer el alcance de la dolencia. Si se confirma que sólo se trata de una sobrecarga incluso podría llegar a tiempo al choque del sábado ante el Ejea de los Caballeros. Planagumà también espera una mejoría de Chechu Flores, que sigue entre algodones.
